Hoy es 12 de febrero de 2006, estoy descansando en mi casa, son las 5 de la tarde y tengo 2 horas viendo televisión y mi mente se empieza a distorsionar, me siento un imbésil por que estoy perdiendo mi tiempo concientemente, pero cada segundo que pasa y veo la imagen me convenzo mas que no hice mal un día al decidir convertirme en un resentido televidente.
Que tortura para una persona disociada, pasarse una vida viendo las barbaridades que yo he tenido la mala suerte de contemplar esta tarde.
No es normal la cantidad de incongruencias que pueda manifestar una persona por un medio y que ese medio tenga acceso a cualquier hogar decente de un país que esta en construcción y tiene necesidad de un mejor equilibrio comunicacional.
El otro día en algún libro encontré la información, que la libertad de expresión es una composición gramatical de origen francés y la utilizaron los actores de ese país hace ya bastante tiempo para exigir respeto a sus creaciones como actores y como dramaturgos y el gremio según decían tenían libertad para crear, para fabular y convertir sus fantasías en grandes representaciones artísticas.
Ahora me imagino que un periodista no debe tener esa misma libertad para fabular, su oficio es decir la verdad ante un hecho noticioso y el espectador o lector, la posibilidad de discernir la información y formar criterio.
Que derecho tiene un deforme irrespetuoso, con una personalidad dudosa y que tiene desde investigaciones policiales por asesinato, hasta caerse a curda en un programa de TV (o sea salir borracho) de estar despotricando de todo el mundo de una manera tan desproporcionada y sesgada, que no hace caso cuando oye a través de una llamada la suplica “que no mienta” Se hace el loco y de una manera alucinante repite lo que quiere recalcar y pareciendo que esta poseído por alguna sustancia toxica inadecuada se empeña en seguir repitiendo su mentira, solo por el hecho de tener la ventaja de estar en un medio (de acuerdo a la constitución) pertenece a los usuarios y un prestador del servicio debería abocarse a decir la verdad y no a deformar la información de una manera tan descarada.
Ellos imaginan que el camino no esta andando y en su delirio de grandeza creen que nunca habrá quien nos proteja de esa desproporcionalidad que se crea al estar de este lado de la pantalla, sin la ayuda de nada que no sea por ahora, acudir a un acto de conciencia y apagar el aparato porque hoy es domingo y Aló Presidente termino muy temprano.
Antonio Machuca.