Pretender echarle culpas a la individualidad sobre lo que está pasando en esta PATRIA, es una posición derechista y tiene que ver con la formación paternalista que arrastramos, reforzada en el egoísmo de la IV y cuestionada, analizada para superar y encontrar conductas que ayuden a corregir, lo que es de suma urgencia, antes que nos trague por completo la irresponsabilidad.
En revolución los problemas son colectivos y ningún revolucionario está exento de tener en mayor o menor grado responsabilidad ante las situaciones; más cuando tienen que ver con la estabilidad del proyecto.
Los que están jugando a que nos enfrentemos y no ponen reparo en incitar sin medir ningún tipo de consecuencia; creen que lográndolo solucionaran su frustración y será la liberación de sus afecciones, están confundidos: ignoran que su irresponsabilidad nos llevaría al holocausto y es lo que quiere el enemigo; que seguramente ya tiene presupuestada la destrucción sobre nuestra sangre, para reconstruir lo que sabemos van a destrozar porque es su naturaleza, negociar con el dolor como lo vienen haciendo en otros naciones.
El esfuerzo que le ha tocado al Presidente Nicolás en la defensa de la paz, no ha sido nada cómodo: es doble comparado con lo que hizo el GIGANTE; la inyección de odio que ha impuesto la derecha en estos casi dos años, ha intensificado la LUCHA en una grosera posición por tumbar lo que no será posible, a pesar de las dificultades, porque hay un PUEBLO que decidió no volver nunca y se mantiene resistiendo en la confianza del liderazgo.
Que no vengan los recién llegados, que no entienden de colectivos y se extrañan cuando alguien pronuncia comunidad, a reírse escondidos creyendo que nos debilitaran: opinando con sus casquillos, que debemos salir a matarnos; para que empiece la masacre y creen que se esconderán de las bombas, cuando llegue el verdadero asesino a invadir con sus marines y saquear nuestros recursos.
Nuestras dificultades tienen responsables que se pueden numerar en esta guerra económica que esconde otras intenciones, mas llenas de ilusiones mediáticas que de verdades.
Lo que si quisiera es que los comprometidos, revisemos posiciones de combate en esa conducta pasiva, que nos mantiene evitando, lo que no se puede evitar sino se toma una valiente reacción, que no siga destrozando la tranquilidad de un PUEBLO dispuesto a todo por la paz: menos a dejarse quitar lo que ha costado 500 años conseguir.
Hagamos todo lo posible por evitar la guerra perturbe nuestra paz; pero atentos para que la provocación no se apodere de la tranquilidad, que hemos venido construyendo bajo una guerra de abusos.
Asumamos que somos culpables, evitando hasta donde sea posible, pero construyendo con la confianza revolucionaria que permita confirmar, que PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS Y HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
SIN PATRIA NO QUIERO VIDA.
HAZTE CONCIENCIA.
