De pronto la cantidad de información que desde hace algún tiempo me venían enviando fuentes altamente técnicas de la industria petrolera, saltaron a primer plano en la pantalla de mi computadora. Hoy les rindo tributo transcribiendo al menos una mínima parte del caudal acumulado, pese a que no podré dar el merecido crédito a algunos de sus autores. Hoy les dedico mi Dossier, así como se lo dedico a la nueva conciencia impulsada por ellos en diferentes foros, de que Petróleos de Venezuela, S. A. -PDVSA- es de todos nosotros y de que todos los venezolanos sin distinción somos sus accionistas originarios.
«Este artículo tiene por objetivo realizar una evaluación del programa de internacionalización de PDVSA, que se ha presentado como uno de los mayores logros de la gestión empresarial de la compañía. Las razones esgrimidas para justificar el programa (notablemente la necesidad de asegurar destinos para el crudo pesado venezolano) no concuerdan con la detallada evidencia microeconómica disponible acerca del comercio exterior de crudo venezolano en el mercado petrolero estadounidense.
El programa parecería girar más bien alrededor de un objetivo fiscal: reducir la carga impositiva de PDVSA mediante mecanismos de transferencia de ganancia e importación de costos, y la posterior recirculación -para propósitos de inversión en activos fijos en el extranjero- de los flujos de efectivo generados de esta forma, a través de un complejo esquema cuyas bases son el endeudamiento externo y vehículos de ingeniería financiera domiciliados en paraísos fiscales». Mayo 2001: Informe Bush Jr. de Política Energética: «Estados Unidos importa 60 de cada 100 barriles [de petróleo] que consume. En el 2020 serán 75 de cada 100. Según John Kenneth Galbraith, en The Corporate State, Estados Unidos es presa del «estado corporativo».
Dick Cheney, Vicepresidente: «La realidad es que los combustibles de hidrocarburos satisfacen virtualmente el 100% de nuestras necesidades de transporte y una porción significativa de nuestros requerimientos de electricidad... y en el futuro será inmodificable».
George W. Bush, Presidente: «Sin el incremento sustancial en las reservas de energía, Estados Unidos puede enfrentar una amenaza a su seguridad nacional y a su bienestar económico. Con 1,5 habitante por vehículo automotor, Estados Unidos quema diariamente poco menos que la mitad de la producción mundial de gasolina. Independientemente de las consecuencias ecológicas, es una cruda realidad geopolítica y militar. Es en este marco de referencia internacional que debemos analizar nuestra cotidianidad en Venezuela y dejar de lado las actitudes sectarias y parroquiales.
«En el mundo árabe-islámico subyacen 3 de cada 4 barriles de petróleo (75%) y 1 de cada 2 metros cúbicos de gas (59%), mientras que en el Asia Central subyacen 4 de cada 10 metros cúbicos de gas (40%). La OPEP es, en esencia, la vinculación histórico-cultural y de intereses geopolíticos entre Venezuela, Latino América y el mundo árabe-islámico». Debido a nuestros grandes yacimientos de petróleo y gas, y a nuestra privilegiada ubicación geográfica, Venezuela también está en la mira de las transnacionales petroleras. Nuestras reservas no convencionales en la Faja del Orinoco son comparables en volumen a las reservas probadas mundiales de crudos convencionales en Arabia Saudita: 270 mil millones de barriles». Un tanquero puede tardar cuarenta días desde el Golfo Pérsico hasta los Estados Unidos, y solo cinco días desde Venezuela.
Internacionalización
«La estafa de PDVSA a la Nación se llama "internacionalización" (10.000 millones de US dólares pseudoinvertidos en la compra de 19 refinerías no rentables en EE.UU., Europa y Reino Unido); la estafa se llama CITGO (subsidio a los consumidores norteamericanos por vía de descuentos en la compra de crudos a PDVSA, entre 2 y 4 dólares el barril, acumulando 6.000 millones de US$); la estafa se llama "apertura petrolera" (600.000 barriles diarios en su mayoría no sujetos a regulación de producción OPEP y cuyos costos s ubican entre 15 y 20 dólares el barril); la estafa se llama "velos corporativos" (un laberíntico tejido de cuentas petroleras en bancos internacionales por el orden de 6.000 millones de US $ vinculados a 190 subsidiarias».
Hoy día este enjambre de argumentos tecnocráticos ha intentado transformar en inauditables muchos de los presuntos malos manejos. Pero el hilo, poco a poco, nos va llevando a la trama. «Información que se califica como secreto de Estado y que es de importancia fundamental para la seguridad y defensa de nuestra soberanía volvió a quedar en manos de empresas transnacionales. Dos de las empresas especializadas en prestar «servicios» fueron beneficiarias exclusivas de esta ventaja económica. Una de ellas, INTESA-SAIC, realizó cobros indebidos a PDVSA». «Dice el Informe 2001 del Comisario de PDVSA: "Se realizó la evaluación del acta de Mutuo Acuerdo (sic) entre INTESA Y PDVSA, en la cual se determinó que INTESA realizó cobros indebidos (sic) por el orden de 55 millones de dólares; sin embargo, PDVSA consideró conveniente, luego de un proceso de negociación (sic), aceptar solo la cantidad de 2.2. millones de dólares"».
El cubo negro
«En el saboteo actual contra PDVSA, la estructura computarizada creada por INTESA para manejar la "totalidad" de las operaciones ha desempeñado un papel de primer orden. Desde su sede caraqueña en el Cubo Negro, donde se ejecutaron las acciones, fueron paralizados todos los procesos automatizados, así como la red computarizada de la empresa en su totalidad». PDVSA para el año 2000 era la mayor empresa de América Latina con ventas por 52.234 millones de dólares; pero en la relación retorno sobre patrimonio, es decir, ganancias netas, fue la última entre cincuenta empresas latinoamericanas, con solo 19,2%; y en cuanto a rentabilidad está de penúltima en la posición 49, con un 13,7% De estos ingresos, el Estado solo recibió 10.000 millones de dólares (20%). Los restantes 40.000 millones (80%) se los tragó en costos operativos y en transferencia de nuestros ingresos al capital petrolero internacional».
«PDVSA tiene 33 mil empleados, de los cuales seis mil son de la alta gerencia y del nivel de supervisión, todos en Caracas. Es decir, lejos de los campos y áreas de producción y refinación. Sus salarios son desproporcionadamente altos, incluso comparándolos con los de otras trasnacionales petroleras. Su costo total es de mil millones de dólares al año que se deducen de los ingresos de nuestra empresa petrolera». «Cada gerente de PDVSA produce anualmente 777.000 dólares aproximadamente. El de la Exxon produce 1.800.000 dólares, Shell: 1.600.000, Texaco: 1.900.000, BP Amoco: 1.300.000. Todas ellas combinadas tienen un promedio de productividad de 1.690.000 dólares anuales, es decir, más del doble que un gerente de PDVSA».
Como se ve, recién estamos percibiendo la punta de este gigantesco iceberg negro como el petróleo y como ciertos negocios. Los bueno del caso es que quienes pretendieron guiarnos como al Titanic, no se han dado cuenta de que ya amaneció y tenemos puerto a la vista. Para ninguno de los meritócratas puede resultar sorprendente luego de seis semanas de conflicto el muy lacónico mensaje que, por mucho menos de eso, acaba de enviar la Casa Matriz a los representantes locales de una conocida «Cola» negra: «Reabran las plantas y pónganse de inmediato a producir». A la hora de contar los dólares, afuera tampoco comen cuento.
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