La oposición venezolana, reiteradamente dice, que el modelo que se está aplicando en el país fracasó. En esta afirmación la acompañan también otros sectores, como la ‘’ ALTA JERARQUIA CATÓLICA’’ venezolana. Cabe preguntarse ¿Cuál es el modelo que ellos proponen?, El modelo neoliberal capitalista. Le recordaremos, que ese modelo ya fue aplicado en Venezuela y fracasó rotundamente, como también está fracasando en todo el mundo incluyendo a los EEUU.
Recordemos que las políticas neoliberales, aplicadas por la Cuarta república, obedeciendo órdenes de EEUU y del Fondo Monetario Internacional, tuvieron como desenlace ‘’EL CARACAZO’’, ocurridos el 27, 28 y 29 de febrero de 1989, y que cambiaron indudablemente la vida en Venezuela. Este suceso no puede entenderse como un hecho aislado, su explicación puede encontrar asidero en la desilusión generalizada del país, frente al panorama sombrío en que se encontraba en 1989. Una grave crisis económica, los cotidianos escándalos de corrupción, los asesinatos de estudiantes y represión despiadada del gobierno contra la protesta popular, fueron el caldo de cultivo para la desesperación del pueblo, ante la inercia de una clase política que no tenía capacidad de dar respuesta a aquella dura realidad.
‘’EL CARACAZO’’ fue el desenlace de una ilusión, que el gobierno de Jaime Lusinchi logró ocultar creando una ‘’bomba de tiempo’’ cuya explosión debería enfrentar su sucesor Carlos Andrés Pérez.
El gobierno de Jaime Lusinchi 1984-1989, afrontó duras pruebas en el campo económico y su gestión se caracterizó por un plan orientado al refinanciamiento de la deuda, lo que logró en 1986, anunciando con bombos y platillos que se había obtenido ‘’el mejor refinanciamiento del mundo’’. Junto con ello el gobierno estableció un control de cambio a fin de evitar la fuga de capitales, para lo cual creó la ‘’Oficina del Régimen de Cambios Diferenciales’’, popularmente conocida como RECADI.
En un primer momento estas medidas funcionaron, pero al caer los precios del petróleo el descalabro no se pudo evitar y al final la situación fiscal del país se hizo insostenible: la deuda externa, la inflación, el déficit en la balanza comercial y de pagos, y la merma de las reservas internacionales , para enero de 1989, dejaron al país en una posición muy compleja y difícil. Pero lo realmente dramático fue el desconocimiento que la mayoría de los venezolanos tenía de esa situación, dada la gestión comunicacional llevada a cabo por el gobierno de Lusinchi. Este factor fue tan decisivo que, pese a los graves problemas económicos, el gobierno terminó su período con altos índices de popularidad.
El regreso de Carlos Andrés Pérez. Aunque Venezuela era un país muy distinto y los problemas heredados durante décadas ya alcanzaban niveles realmente alarmantes, sin embargo muchos electores vieron en el retorno de Pérez a la presidencia la vuelta a la ‘’Venezuela Saudita’’, en la que se escondían a través del derroche, los graves problemas del país, como la exclusión social y el desastre económico .
Una vez electo Carlos Andrés Pérez, la terrible realidad económica del país salió a la luz pública, justificando el escenario para la inminente entrega del país al Fondo Monetario Internacional.
El gabinete económico designado por el presidente Carlos Andrés Pérez, realiza su primer anuncio oficial; el equipo considera que los desequilibrios fiscales, cambiarios y el endeudamiento externo, justifican la aplicación de un paquete de medidas económicas que, bajo la supervisión del Fondo Monetario Internacional, contempla una mayor participación del sector privado en la economía nacional, así como un incremento generalizado en la tarifa de los servicios públicos y los combustibles. El Cardenal José Alí Lebrun, representante de la iglesia católica venezolana, respaldó tales medidas.
El gobierno nacional, obviando todo mecanismo de consulta popular, notifica al país, por medio del Ministro de la Secretaria de la Presidencia Reinaldo Figueredo, que el paquete económico se encuentra preparado. Fuentes no oficiales indican que los ajustes en las tarifas de los servicios públicos, teléfonos, agua, electricidad, transporte terrestre y aéreo, rondarían entre un 30% y 50% y Naim, en una reunión con los directivos de los medios, declara que ‘’En 1989 habrá la más alta inflación que ha tenido Venezuela en toda su historia’’.
A la vez se presentan numerosas irregularidades con la venta de sal, café y pan en la región occidental del país, y en los abastos y supermercados de Caracas arrecia la escasez de leche en polvo, pasta, aceite comestible y demás víveres.
El pueblo cansado de tanta injusticia, el engaño, y la represión, decide apropiarse de la mercancía de abastos, supermercados y otros comercios.
El gobierno nacional, incapaz de controlar la situación, suspende las garantías constitucionales, declara un toque de queda y, sin previo aviso o mediación, reprime al pueblo con la activación de efectivos militares.
¿Este es el modelo que la oposición quiere que regrese a Venezuela?. Pues se quedaron con los crespos hechos, cuando pensaron que el Presidente Maduro, al regreso de la gira Internacional y debido a la actual crisis que vive Venezuela tomaría medidas similares a las del Fondo Monetario Internacional, sin tomar en cuenta que las condiciones son diferentes. Ya tenían todo preparado para propiciar una supuesta insurrección popular, que desembocaría en otro 23 de enero.
El pueblo y la Fuerza Armada, están más unidos que nunca. Es la unión cívico militar que no permitirán ninguna salida extra constitucional, o intervención extranjera. No pasaran y no volverán.