Carta al alcalde Francisco Garcés sobre la consulta popular de la plaza Guaicaipuro

EN EL CENTENARIO DEL NACIMIENTO DEL PRÓCER CÉSAR RENGIFO Y LOS DOSCIENTOS AÑOS DE NUESTRAS INDEPENDENCIAS

UNAS PALABRAS NECESARIAS

Tengamos presente, que el frente político, no es el único frente de lucha. Que hay muchos frentes de lucha y hay que dar la cara en todos ellos. César Rengifo

A veces hemos sentido en nuestro fuero interno que una revolución política, económica y social, en la medida en que más radical se perfila en estos tres órdenes, nos parece más conservadora en lo cultural, especialmente en aquellos países en que nuestra memoria colectiva ha sido demolida y arrasada por viejas y nuevas formas de conquista y colonización, de secuestro del patrimonio histórico, cultural y espiritual como países y pueblos colonizados. Con ese conservacionismo ecológico y cultural, lejos de perder su radicalidad, una revolución social, se empina sobre sus propios pies y se nutre vertiginosamente para salir del alma misma de los pueblos. Ese mismo espíritu, nos trasmitía, el Comandante Supremo, en un corto reciente trasmitido en "Con el Mazo Dando", seleccionado por el camarada Diosdado Cabello Rondón. De modo que una revolución cultural y educativa permita reencontrar nuestros pasados ancestrales de cada presente histórico y social para descubrir las claves del futuro y reencontrarnos con todos los tiempos de nuestra historia.

De igual forma, Amílcar Cabral, nos decía: "Cuando la identidad de los pueblos colonizados son derrotados en las grandes metrópolis, continúan resistiendo en la provincia-… Cuando son derrotados política y militarmente, siguen resistiendo culturalmente". César Rengifo, en su teatro testimonial, descifraba ciertas claves del presente, valiéndose de un pasado instrumental sobre múltiples, complejos, contradictorios y encendidos escenarios, poniendo sobre el tablero actores y actrices invisibilizados en medio milenio. Aclaremos que nuestras ancestralidades son indígenas, afroamericanas, euroamericanas, asiático-americanas en todo un esplendor floreciente de universalidad planetaria, sin menoscabo de la unidad en la diversidad.Pero ante todo, como reza en la placa de incorporación de Guaicaipuro al Panteón Nacional:

"Los pueblos y comunidades indígenas, constituyen lo más originario, lo más antiguo, constante y específico del país y del continente en todo su devenir histórico".

De allí la necesidad de reivindicar cada día su arraigo histórico, cultural, espiritual y telúrico, particularmente nosotros, como un pueblo indo-descendiente sin que esta condición pueda ser borrada dentro de los múltiples mestizajes; que lucha por su liberación e independencia definitiva, para lo cual es indispensable en los procesos de integración continental, la autonomía cultural y educativa del país y del continente.. Ya el prócer José Martí sabía, que lo que pase con el indio, pasará también con América.

CAMARADA ALCALDE DE GUAICAIPURO

FRANCISCO GARCÉS

cc: Nicolás Castro

Director de Cultura

Consejos Comunales, Movimientos culturales y de los poderes creadores del pueblo

Ante todo nuestro saludo indianista, mirandino y bolivariano en el espíritu intercultural del socialismo del siglo XXI, en la memoria imperecedera de Guaicaipuro, de José Leonardo Chirino, Simón Bolívar, Francisco de Miranda, Ezequiel Zamora, del Comandante Hugo Chávez y de César Rengifo. Trataremos de recoger el espíritu popular que hemos encontrado en nuestras investigaciones de unos treinta años a la luz de la plaza y de la calle abierta.

¿Quién es Guaicaipuro? Preguntamos un día a un mendigo al que llamaban Rabopelao…

Mientras esto ocurría en la década del 70 con el pueblo/pueblo, muchos de nuestros intelectuales no tenían ni idea de quien era Guaicaipuro para los de abajo, para los más marginados y oprimidos.

-Ese que está allí, nos responde al pie de la estatua el Rabopelao: ¡Ese es un Simón Bolívar de nosotros los indios!.

Al revisar la cronología histórica de Guaicaipuro, nos encontrábamos con que en los primeros años de la década de 1560, Guaicaipuro, con su alianza de pueblos y caciques, se había convertido en el Libertador de toda la costa centro-norte de Venezuela, dejando libre el territorio del dominio extranjero, hasta que nuevas incursiones de la conquista española, desde El Tocuyo vía Barquisimeto -Nirgua–Valencia- Guacara- El Concejo de Aragua –El Valle del Miedo- Las Lagunetas-Caricuao-El Valle del Turmero, prosiguieron su curso hasta el Valle del Warairarepano.

ººººº

De su parte Alcalde, hemos recibido una invitación del camarada Nicolás Castro, Director de Cultura de la Alcaldía de Guaicaipuro para una consulta popular en la misma Plaza del Cacique de Los Teques y Caracas. Consulta que iba a presidir Ud. como Alcalde y que estaba convocada para este sábado 24 de enero. Sin embargo, por otras actividades prioritarias como los mega-mercal, la consulta ha sido suspendida para la semana próxima. De cualquier forma, es algo muy positivo y esperanzador que nuestro Alcalde Francisco Garcés, quiera consultar, antes de hacer cualquier modificación de fondo a esta Plaza que es un símbolo revolucionario en su fuerza telúrica, en lo histórico, en lo social, cultural y espiritual para Los Teques, los Altos Mirandinos, el país y particularmente para el movimiento indígena nacional y continental. Es sin duda una referencia insustituible de la Venezuela de tradición oral y un santuario de la religiosidad popular. Así lo recordábamos al camarada Elías Jaua cuando elaborábamos en equipo en el Parque Los Coquitos la llamada "Carta de Los Teques", la cual iba a ser discutida y refrendada por el pueblo en unsimposio de la ciudad, para elaborar las políticas públicas del Municipio.(1)

Es hora en que los alcaldes del país terminen de entender el profundo significado que tienen las plazas de los pueblos y ciudades de Venezuela como zócalo de la memoria, como espejo de ese pueblo y ciudad, como círculo de encuentro sobre el cual gravita de alguna forma la vida social y familiar, cultural y espiritual de los diferentes sujetos históricos que conforman un pueblo y una nación multiétnica y pluricultural y que busca afianzar su vocación intercultural. Clave del intercambio cultural con sentido de justicia y equidad. La resistencia indígena de los Altos Mirandinos y del Warairarepano siempre han representado un testimonio vivo en la memoria colectiva para entender que el nacimiento de Los Teques como parroquia o la Caracas de los tiempos de Losada, vienen de muy lejos en el tiempo, en el decir de Hugo Chávez. Se pone en duda el estatuto fundacional de los pueblos y ciudades del continente, para dar continuidad a la resistencia indígena y desde esta, como elemento constante en medio milenio a toda la resistencia y emancipación de Venezuela y de nuestra América. Cabe aquí señalar una labor encomiable del poeta Antonio Trujillo en la formación y fortalecimiento de los Cronistas Comunales, con el apoyo de Fundarte y con el apoyo moral de la Cátedra Libre Intercultural César Rengifo como pudimos verlo en la última feria del libro de Caracas.- Pero volvamos a lo específico de la Plaza Guaicaipuro:

Sin duda en Los Teques de antaño, esta plaza era un jardín, convergencia de campo y ciudad, hasta comienzos de la década del 70 en que empieza a expandirse el aluvión de una población flotante, desarraigada, que sin embargo, encontró en aquel ícono histórico un refuerzo irremplazable de su imaginario indígena, altamente interferido por la subcultura del petróleo y el avance del neocolonialismo, la limpieza étnica y de sangre; así como el epicentro de Caracas, en el Centro Simón Bolívar, recrea diariamente el mito-historia de Amalivacá, en su presente cultural y espiritual, plasmado por las manos creadoras del muralista y dramaturgo César Rengifo, espacio por cierto rescatado recientemente por el Alcalde Jorge Rodríguez y Jacqueline Farías como Jefa del Gobierno del Distrito Capital, cargo que ahora desempeña el camarada Ernesto Villegas.

. Sin embargo, más allá de la presencia o la ausencia de flores y jardines, la Plaza Guaicaipuro ha sido el refugio espiritual del pueblo/pueblo, de la gente más marginada, oprimida y explotada, incluso de reencuentro entre nativos tequeños y desarraigados por el caos urbano, incluyendo algunos de origen madeirense.(2) Es ese pueblo nativo, marginado y oprimido, el que postula ante nosotros la necesidad de incorporación de su figura al Panteón Nacional y cuya investigación colectiva nos llevó a una campaña local, nacional e internacional que duró 27 años, hasta su entrada definitiva el 8 de diciembre de 2001, convertido desde ese momento en Día Nacional de Guaicaipuro por el Comandante Supremo en presencia de todos los poderes públicos.- Destacamos, que la incorporación de Guaicaipuro al Panteón Nacional no fue un acto de folclorismo o de populismo sino la manifestación plenamente popular que contribuyó con el Presidente Hugo Chávez a la refundación del Panteón Nacional como una necesidad en el marco de la refundación de la República y de la cultura nacional venezolana. Un año después, el Uruguay, antaño orgulloso de ser el único país de tierra firme sin indios, incorporaba a su Panteón Nacional al Cacique Charrúa Vaimaca-Perú, repatriando desde Francia sus restos como uno de los próceres de su Independencia: con ello se ponía en entre dicho, la agresiva y policial dicotomía "civilización o barbarie" en el Cono Sur y se abrían nuevos espacios culturales para la integración continental bolivariana, reiniciada por Hugo Chávez, Néstor Kirchner y Tabaré Vásquez, entre otros. Esto por sí solo puede dar cuenta de la repercusión internacional de la incorporación del Cacique de Los Teques y Caracas al máximo monumento de la nacionalidad. Durante 27 años la Plaza Guaicaipuro de Los Teques fue el punto de convergencia del movimiento indígena nacional y continental. En lo local el historiador Lucas Guillermo Castillo Lara nos recordaba cómo casi todo en esta tierra se llamaba Guaicaipuro. Incluso, los vecinos fundadores de San Diego de Los Altos, a través de Cheo Ascanio, hicieron por su propia iniciativa y riesgo, una Plaza Guaicaipuro en toda la salida hacia Guare- Guare.(3)¿Pero desde cuándo existe la Plaza Guaicaipuro de Los Teques?

ESTA PLAZA GUAICAIPURO NACE EN 1853, DONDE ESTÁ AHORA LA PLAZA BOLÍVAR

"La Plaza Guaicaipuro se estableció en 1853 frente a la iglesia parroquial y fue mudada al llano de Miquilén el 1º de enero de 1927. Como Los Teques no tenía Plaza Bolívar, el Concejo Municipal acordó erigirla en el sitio antes ocupado por la Plaza Guaicaipuro. Finalmente, el 17 de diciembre de 1930, fue inaugurada solemnemente la Plaza Bolívar como parte de los actos conmemorativos del centenario de la muerte del Libertador".(4)

Desde enero de 1927, la tenemos en este lugar, como Plaza Guaicaipuro, como zócalo de una memoria colectiva y como santuario espiritual del pueblo, que nos conecta con la historia anterior a la conquista y como parte de la historia de la resistencia indígena que César Rengifo nos tradujo como la anticonquista. De allí la tendencia del pueblo tequeño al conservacionismo de sus vertientes culturales, telúrico-espirituales, en resguardo del ambiente como totalidad. Hay por eso una gran diferencia entre las plazas históricas, que llevan la huella indeleble de siglos y milenios y las nuevas plazas que surgen como fruto del crecimiento demográfico y del caos urbano. Sus árboles y sus pájaros son testigos silenciosos del paso de los siglos rodeados del murmullo de una Caracas de brazos alargados que extiende hasta nosotros su convulsa y desdibujada geografía urbana. De allí la tendencia a cuidar de estas plazas telúricas, fondo y forma como un todo, su significado y su estética como presencia de la eternidad en nuestra propia historia. Es la confluencia de la tradición, la creatividad y la innovación como parte de nuestra revolución cultural y educativa. En este orden de ideas, cualquier tipo de restauración de la Plaza Guaicaipuro, no debe perder en nombre de la estética y la sobriedad, su irreductible carácter genuinamente popular, ligada al alma de Los Teques de antaño, no como simple nostalgia sino como santuario abierto del imaginario indígena del venezolano y como arma de la resistencia popular y política: ¡se arrechó Guaicaipuro! Gritaba el pueblo el 27 de febrero de 1989 y el mismo grito tuvo lugar el 4 de febrero del 92 con el ¡Por ahora! Y el 13 de abril cuando los pueblos bajaron para rescatar de manos de la oligarquía, del imperialismo y del colonialismo europeo al Comandante Supremo.

Traemos esto a colación porque a raíz de la noticia de modificar la plaza Guaicaipuro, mucha gente de los tequeños más arraigados se han acercado a nosotros, expresando angustia y recelo con las mismas preguntas entre sus labios: ¿qué es lo que van a modificar? ¿van a tumbar árboles? ¿van a mover la estatua de Guaicaipuro de su sitio habitual y donde debe permanecer? Vino a nuestra memoria las preguntas que a nosotros nos hacía el pueblo cuando íbamos a incorporar simbólicamente al Cacique Guaicaipuro al Panteón Nacional. Alguna gente se nos acercaba en forma agresiva para preguntarnos si era verdad que el Guaicaipuro de la plaza se iba a mover para llevarlo al Panteón Nacional. Tuvimos que dar una explicación inmediata. Aclararles que eran los enemigos del proyecto los que habían inventado eso. Nos vimos en la necesidad de presentar un dibujo de la maqueta sobre la composición escultórica hecha por el escultor tequeño Edgar Corrales, recién fallecido. Maqueta que había sido solicitada al escultor por el Consejo Nacional Indio de Venezuela en su Congreso Nacional de octubre de 1989. Se trata de lo que será el Monumento a Guaicaipuro y a los Caciques y Cacicas de la Resistencia en el Panteón Nacional: un Guaicaipuro de pie, una Madre India, con un niño entre sus brazos. Cuyo niño representa la continuidad de los caribes, como lo dice César Rengifo en Curayú o El Vencedor: en el llanto de ese niño que nace está su vengador, Guaicaipuro no ha muerto, los caribes viviremos siempre.

Corrales por su parte configura una larga lanza en las manos del Apoto o Principal, referida a la unión histórica necesaria entre la resistencia indígena, la primera y la segunda independencia. Decía Arístides Rojas que los llaneros que nos dieron independencia, llamaban guaica a sus largas y mortales lanzas. Y así el escultor incorporó la lanza llanera de la Independencia entre sus manos (a pesar de que los caribes del centro del país usaban arcos y flechas cortas).

Manifestamos así que en fecha reciente nos entrevistamos con la Directora de Acervo Histórico de la Nación, Lic. Hadelis Jiménezy con la Coordinadora del Panteón Nacional Lic. Karen Vivas para ver como le damos culminación al Proyecto Guaicaipuro al Panteón Nacional, que ha sido obra de muchísima gente en Los Teques, en los pueblos y comunidades indígenas y en todo el país(5). Se trata de incorporar la composición escultórica del tequeño Edgar Corrales: primer nicho del Panteón a mano izquierda. Todo esto supone que la Plaza Guaicaipuro debe estar en las mejores condiciones en la capital del Estado Miranda. Como lo debe estar la Plaza Miranda ante los 200 años de la muerte de este Prócer en el 2016.

PARA RECONSTRUIR LA PLAZA GUAICAIPURO

Como un Monumento Histórico Nacional y como tal debe ser declarado si no ha sido hasta ahora, la Plaza Guaicaipuro en su proceso de reconstrucción debe sufrir la menor modificación posible en su estructura interna. Con una excepción que no se puede pasar por alto: como Monumento Histórico Nacional, tiene al mismo tiempo la característica única de ser un lugar de expresión de un Culto del Pueblo, ligado a la resistencia indígena y a la memoria viva, pero que corre el riesgo de ser víctima de la intolerancia religiosa de las religiones occidentales , apelando ruidosamente a la llamada "libertad de cultos". Esto sería algo en lo que tendría que intervenir la Dirección de Cultos del Ministerio del Interior para garantizar el derecho inter-cultural a la libertad religiosa de las religiones autóctonas. El culto a Guaicaipuro aparece ligado a una trinidad de la religiosidad popular: María La Onza, Guaicaipuro y el Negro Felipe, representativo de las tres vertientes originales de la nacionalidad venezolana y americana. Deben darse plenas garantías para la paz inter-religiosa y el espíritu ecuménico inter-cultural. Se trata de construir una sociedad de respeto y tolerancia donde podamos convivir religiosos, agnósticos y ateos, por otros mundos posibles en el socialismo del siglo XXI.

La escultura debe permanecer en su mismo sitio, restaurando cuidadosamente su pedestal y restableciéndole la flecha al Cacique, Apoto o Principal.

El piso de la plaza debe ser totalmente reconstruido, junto con la restauración de su zócalo, el cual pudiera ser ilustrado con dibujos en incisiones a todo lo largo del cuadrado en toda su extensión interna y externa, con petroglifos de la zona. El piso debe guardar relación con la calidad y antigüedad de este monumento de la memoria colectiva, usándose para ello los materiales adecuados con el debido asesoramiento de ingenieros y arquitectos calificados. Sus árboles no deben ser sacrificados y por el contrario deben ser saneados y protegidos, reforestados los espacios vacíos, sus jardines restaurados por especialistas y la Alcaldía y el Consejo Comunal deben garantizar su mantenimiento y seguridad interna, sin ningún asomo de atropello al pueblo/pueblo que se refugia en ella. La plaza debe ser dotada de postes para su iluminación y de bancos seguros y de calidad, que se correspondan con la antigüedad, sobriedad y buen gusto de su ambiente total. Una estética que se corresponda con su presente- ancestral debe estar dotada de contenido y significado histórico y social, por lo cual pudiera incorporarse, junto con los petroglifos del Jarillo presentes en la plaza desde hace algún tiempo; además se puede agregar una especie de mapa y cronología que permita ubicar la geohistoria en la cual se desenvolvió su resistencia, con alusión a los pueblos y caciques de la alianza frente al conquistador. En el mismo sentido el fondo de la tribuna pudiera ser ilustrado con algunas escenas del mito de Amalivacá, tomado del mural del Centro Simón Bolívar o con la danza circular de Itanera, que era una manifestación teatralizada de esta zona. Ello permitiría darle un sentido pedagógico con niños y jóvenes para afianzar nuestro arraigo en la historia y geografía local.(6) Puede pensarse en organizar a la misma gente que visita en forma permanente la plaza para que contribuyan a su mantenimiento, en coordinación con la Alcaldía y el Consejo Comunal.

La tribuna debe mantenerse en el mismo sitio y adecuarse para el teatro abierto y que sirva al mismo tiempo para actos oficiales y culturales.

Del mismo modo, recomendamos tomarle una copia al original del escultor valenciano Pérez Mujica para que sea resguardado en un Museo de Los Teques.

La plaza Guaicaipuro como presente vivo de un pasado colectivo es parte de la identidad irrenunciable de nuestro pueblo y de su imaginario indígena.

Le saluda su camarada, Saúl Rivas-Rivas (Coordinador del Proyecto Guaicaipuro al Panteón Nacional)

Tierra de Guaicaipuro 23 de enero de 2015

Notas:

(1).-La Carta de Los Teques, con la participación de varios colectivos en el Parque Los Coquitos comenzó a elaborarse hace unos tres años con una visita del camarada Elías Jaua. La idea era realizar posteriormente un Simposio de la Ciudad para discutir con el pueblo el diseño de las políticas públicas del Municipio, lo cual sigue teniendo una gran vigencia, como puede verse con el llamado del Alcalde Garcés a discutir sobre la refacción de la Plaza Guaicaipuro. La consulta y participación activa es consustancial a la naturaleza del proyecto bolivariano.

(2) En algunos momentos, ante el desarraigo urbano y el vacío espiritual llegamos a encontrarnos con campesinos madeirenses, que también ofrendaban a escondidas flores al Cacique Guaicaipuro.

(3) Muchas veces las plazas a caciques de la resistencia son hechas por iniciativa del pueblo, como la de San Diego de Los Altos o como la Plaza Yocoima en San Lorenzo de Upata.

(4)Ildefonso Leal. Los Teques, el pueblo de los nueve faroles. Nota 2.p.13.Alcaldía de Guaicaipuro. Oficina del Cronista. Los Teques.2003.

(5) Muchísima gente, muchos colectivos locales, de Caracas, del interior y de los Pueblos Indígenas participaron en este gran movimiento nacional e internacional que llevó al Cacique Guaicaipuro al Panteón Nacional como símbolo representativo de los pueblos, caciques y cacicas de la resistencia indígena. Para reivindicar los nombres de sus principales militantes de esta lucha de 27 años, estamos organizando una extensa cronología.

(6) Los comentarios escritos deben tener un lenguaje actualizado, depurado de racismos y eurocentrismos como el que hoy se expresa en la Constitución Bolivariana a la luz de la nueva antropología crítica y de los pueblos y movimientos indígenas.



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Saúl Rivas Rivas


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