La trilogía del crimen

En la jerga popular venezolana hay expresiones, que traducen una verdad axiomática, como son: "Los burros se buscan para rascarse, Dios los crea y ellos se juntan". Ambas se aplican en los casos, cuando quienes comparten cosas en común se juntan, para mejorar o fortalecer sus vínculos.

En este caso ambas sentencias son aplicables a la reunión de la trilogía del crimen en América Latina, con sus pares de Venezuela, en el foro montado por los golpistas en Caracas y en el cual los ponentes sobre la defensa de los Derechos Humanos son los ex presidentes Andrés Pastrana, Sebastián Piñera y Felipe Calderón, de Colombia, Chile y México, quienes lejos de Currículo, tienen prontuario, como ejecutores de crímenes de guerra.

Estos tres sujetos fueron invitados por sus iguales venezolanos: María Corina Machado, Antonio Ledezma y Henrique Capriles Radonski, responsables de masacres en nuestro país en diferentes épocas. Los anfitriones al igual que sus invitados, tienen amplios prontuarios. Antonio Ledezma, tiene su expediente manchado con sangre, de cuando era gobernador del entonces Distrito Federal, en la IV República, cuando lanzó la fuerza pública contra pacíficos estudiantes que no salían a incendiar la ciudad, ni a matar guardias nacionales o a quemar guarderías con niños adentro, como lo hicieron los guarimberos del 2014, sino que reclamaban el pasaje estudiantil, presupuesto justo para la universidad y cese a la represión.

Henrique Capriles Radonski, quien está en libertad por esas cosas raras que ocurren en esta "dictadura" de Nicolás Maduro, donde el debido proceso es una doctrina, tiene once asesinatos en su haber, entre ellos dos preadolescentes, que fuero víctimas del llamado de Capriles de salir a "Drenar esa arrechera", por haber perdido las elecciones presidenciales.

María Corina Machado, quien ha violentado todas las leyes del país, también está en libertad gracias a las duras leyes y decretos del dictador, que le permiten enfrentar el proceso por crímenes contra la patria y la sociedad, en libertad, junto a su par Leopoldo López, tiene también 43 asesinatos, cerca de mil heridos y mas de un centenar de lisiados, entre civiles inocentes, militares y policías que defendieron a la sociedad de los ataques violentos de paramilitares y activistas políticos entrenados en prácticas de guerra no convencional, para derrocar el gobierno revolucionario de Nicolás Maduro, electo democráticamente por mayoría popular.

De sus honorables invitados, el mundo entero conoce el prontuario, porque los tres han sido cancerberos del imperio en sus respetivos países, donde sus connacionales no quieren recordarles para no lastimar las heridas que dejaron en el pueblo luego de sus criminales periodos gubernamentales. Hagamos un rápido recuento de las gestiones de estos tres sujetos. Felipe Calderón con más de 120 mil mexicanos asesinados y otros tantos desaparecidos, está a un paso de caer en manos de la justicia internacional, por la acusación de colectivos mexicanos en su contra por las violaciones contra los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad. Andrés Pastrana, firmante del Plan Colombia, que ha convertido a Colombia en colonia norteamericana, con siete bases gringas en su territorio, cuyos efectivos pueden violar, robar, torturar y cometer toda clase de tropelías, sin que la justicia colombiana pueda tocarlos, porque tienen inmunidad. Inició la cruenta era de los falsos positivos y demás desafueros contra el pueblo colombiano, que luego continúo y exacerbó Álvaro Uribe Vélez. En cuanto a Sebastián Piñera, el mundo sabe que fue el acérrimo defensor de su protector Augusto Pinochet, cuando el Juez español, Garzón, lo imputó por la muerte de un compatriota y lo puso en aprietos en Inglaterra. Hoy día el señor Piñera es un potentado empresario chileno, gracias la rapiña que practicó durante la cruenta y larga dictadura de Pinochet. Finalmente durante su recién concluido gobierno, se distinguió por su inclemente represión contra los Mapuches y estudiantes, a quienes criminalizó y lanzó a la Fuerza Pública, contra ellos, los primeros por exigir respeto a su cultura y sus tierras ancestrales y a los segundos, por reclamar educación gratuita y de calidad. A estos últimos les respondió: "Nada en la vida es gratis, alguien tiene que pagar". Piñera también tiene sus muertos en haber. Estos son los angelitos, que nos vienen a dar lecciones de derechos humanos y de democracia, cuando no son otra cosa, que la trilogía del crimen.

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Cástor Díaz

Periodista CNP 2414

 cd2620@gmail.com

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