"Tanto va el cántaro al lago hasta que se derrama". Así reza un viejo adagio popular venezolano, para referirse cuando las reiteradas provocaciones generan la lógica reacción de la parte afectada. Ni más ni menos es lo que ha ocurrido en la República Bolivariana de Venezuela, donde el Ministerio Público cansado de los desmanes criminales de la derecha oligárquica, apátrida y golpista, ha respondido activando las herramientas legales de las que dispone para defender las instituciones democráticas, a la ciudadanía y el decoro y dignidad del Poder Moral Republicano de la nación, como garante de la Justicia y la paz en el país.
Desde 1998, cuando el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, con una mayoría aplastante, ganó las elecciones al candidato Henrique Salas Rommer (Frijolito), apoyado por el frente TOCOCHA, (Todos Contra Chávez), integrado por AD y COPEI, los dos grandes partidos de la IV República, Central de Trabajadores de Venezuela, (CTV), grupo sindical patronal y Fedecámaras, cúpula del poder económico, la derecha venezolana se declaró en rebeldía contra la Revolución Bolivariana.
Comenzó por desconocer la autoridad del líder del proceso, a quien se refería despectivamente como el Teniente Coronel golpista y contra el cual armó con apoyo de la Casa Blanca, un golpe de estado y un plan para fusilarlo, puesto en práctica el 11 y 12 de abril de 2002, treta que fue abortada por el pueblo civil y la fuerza armada patriota, movimiento que lo devolvió al poder el 13 de abril de 2002, 47 horas, luego de haber sido depuesto y secuestrado por oficiales traidores al servicio de Pedro Carmona Estanga, presidente de Fedecámaras, quien se había auto proclamado dictador del país, disolviendo por decretos todos los poderes públicos, reservándolos para sí, como Presidente de la transición.
El Comandante Chávez, regresó aquella madrugada del 13 de abril, al Palacio de Miraflores y al dirigirse país, contrario a lo que esperaba su pueblo, lejos de aplicar mano dura contra sus secuestradores y quienes habían dejado una estela de asesinatos en las calles de Caracas, para justificar el sangriento golpe, esgrimió un crucifijo y en nombre del Cristo Redentor llamó a la unidad nacional y trabajar por el país y como muestra de buena voluntad, devolvió a sus cargos a los meritócrtas de PDVSA, a quienes había despedido por corruptos y atentar contra los intereses de la patria. Estos mismos personeros, junto al sindicalismo patronal de la CTV y Fedecámaras, decretarían un paro patronal, que durante 90 días sumió al país en la ruina, ocasionando pérdidas materiales por mas de 20 mil millones de dólares y decenas de fallecidos por ataques criminales de las bandas que aupaban el paro, o por falta de atención médica a tiempo, amén del daño psicológico ocasionado a la población privada de alimentos y servicios básicos. Esta acción criminal fue derrotada gracias a la firmeza del Comandante Chávez, que de manera permanente arengaba al pueblo a mantenerse en píe de lucha, asegurando que el paro estaba derrotado y, con la solidaridad de los países hermanos como Brasil, Argentina, Cuba y otros que tendieron su mano amiga. De nuevo se impuso la benevolencia del Comandante y los autores de estos crímenes hoy ocupan escaños en la Asamblea Nacional, gobernaciones, alcaldías y otros cargos de elección popular desde los cuales siguen delinquiendo.
Con la desaparición física del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, creyeron que había llegado la hora de enterrar a l proceso revolucionario y de nuevo activaron sus planes de violencia criminal, dejando en la primera edición 14 muertos, cuando Henrique Capriles Radonsky, perdió las elecciones con Nicolas Maduro y llamó a su gente a la calle a protestar y a descargar "esa arrecherra", arenga que produjo una ola de violencia esa noche del 14 de abril, que dejó como fruto 14 muertos, entre ellos dos adolescentes de 13 y 14 años, que celebraban junto a sus padres el triunfo del chavismo. Luego en enero del 2014, la derecha llamó a "La Salida", plan que consistió en el desarrollo de las llamadas "Guarimbas", diseñadas en Miami y ejecutadas durante dos meses en las principales ciudades del país, con saldo de 43 asesinatos 890 heridos graves, entre ellos muchos que han quedado discapacitados.
Sus responsables, continuaron burlándose del Estado de Derecho , hasta que al cumplirse un año del llamado a la salida, jugaron fuerte y planificaron para el 12 de febrero de este año 2015, bombardear el palacio de Miraflores, sede del gobierno central, el Ministerio de la Defensa, Telesur, sede del SEBIN y la manifestación con motivo del Día de la Juventud, el 12 de febrero, que sería encabezada por el presidente obrero Nicolás Maduro Esta acción la ejecutarían con un avión artillado del tipo Tucano, que despegaría desde una base militar gringa en Colombia. Develado el macabro plan y detenidos los cabecillas, a través de las declaraciones de los capturados quedó al descubierto que en la conjura estaban comprometidos los mismo del golpe de abril de 2002, del paro petrolero y de las Guarimbas de 2013 y 2014.
Cuando el presidente Maduro denunció la emboscada, salieron como de costumbre a descalificar la denuncia y a ridiculizar al mandatario, pero esta vez, Maduro dijo que se acabó el tiempo de la impunidad y comenzó el de la justicia. Este anuncio lo hizo luego que por orden del Ministerio Público fuese capturado Antonio Ledezma, Alcalde Mayor de Caracas, firmante del manifiesto que llamaba al golpe, y quien tiene pendiente hechos de violencia contra los estudiantes en su época de gobernador en la IV República. Otro señalado es el Diputado a la Asamblea Nacional Julio Borges, quien será sometido al debido proceso. Igualmente se espera que se haga justicia, en el caso del derrotado candidato, cuyo llamado a la violencia dejó 14 muertos. Lo más importante es que se está reivindicando la justicia venezolana y el pueblo dirá con júbilo al fin ha sido lanzada la Gran Misión Ganchos.
