Son varias y variadas las razones por las que algunas personas no dan crédito a la posibilidad, de que los gringos agredan a Venezuela más directamente de lo que han hecho hasta ahora. A mi juicio, la ingenuidad que sólo otorga la falta de "experiencia bélica", es la que priva en muchas y muchos que hasta se toman la cosa con cierta dosis de humor.
En otras y otros reina el ánimo de banalizar la situación, a objeto de banalizar al mismo tiempo la majestad presidencial de Nicolás Maduro. La meta de quienes así proceden, es impedir que la palabra del Mandatario tenga ascendencia entre la mayor parte de la ciudadanía y, de esa manera, continuar en la política de aislamiento y desconocimiento hacia el Ejecutivo.
En mi caso, estoy convencido de la certidumbre de una escalada de amplia dimensión contra la Patria. No es una corazonada ni un mal sueño lo que me orienta a la validez de esa macabra posibilidad, sino los hechos históricos acaecidos en el seno de otros pueblos que antes que nosotros decidieron liberarse del yugo imperial. Algo así como que dos más dos son cuatro aquí y en cualquier otra parte.
Complemento de ello, fue el revelador trabajo de Eva Golinger titulado El ataque inminente y que el semanario del PSUV, Cuatro F, publicó el domingo. Con cifras, fechas y análisis la abogada pone de relieve los pasos dados por el Gobierno de Washington en materia militar desde 2006. Espeluzca, como decimos en criollo, el dato que ofrece al refrescar que "en febrero de 2010, la Dirección Nacional de Inteligencia de Estados Unidos clasificó a Venezuela y al presidente Chávez como ‘líder antiestadounidense’ en la región, en su Informe Anual de Amenazas". Ello supondría, le entendemos a Golinger, que EEUU nos metió en el saco de los "gobiernos antiestadounidenses" y que ello le otorgaría derecho a incluirnos entre sus blancos de ataque. A buen entendedor…
¡Chávez vive…la lucha sigue!