Incapaz de decir o predecir nada novedoso sobre la VII Cumbre de las Américas, espero con ansias que Obama entre en razón y derogue el Decreto, que se fortalezca la unión latino americana y caribeña y que los capos del capital- sionismo y los perros de la guerra salgan de Panamá con el rabo entre las piernas.
Sobre lo que si no puedo callar es sobre la pobreza política e intelectual de conspiradores al servicio de los EEUU quienes, incapaces de comprender la trascendencia histórica de esta Cumbre, confunden la reunión hemisférica con un festival de calle donde pueden expresar libremente sus miserias. Cegados por el miedo y la rabia se niegan a aceptar que no son ni van a ser gobierno porque sus intereses no coinciden, ni pueden coincidir, con los intereses de las mayorías.
Tampoco tienen cabida en la Cumbre de los Pueblos porque las ONG tarifadas nada tienen que ver con las organizaciones populares, con los movimientos campesinos, con los pueblos originarios, con las organizaciones de trabajadores, etc. Sus ambiciones, sus proyectos y su actitud son diametralmente opuestos a las luchas por la autodeterminación de los pueblos, por la declaración de la región como Territorio de Paz, por el cierre de las bases militares estadounidenses, por el justo reparto de las tierras, etc.
Para terminar con el tema de las cumbres propongo que, una vez digeridos los resultados de las que se están realizando en Panamá, los Consejos Presidenciales de Gobierno Popular organicen unas Cumbres Comunitarias para discutir materias que no suelen tratarse abiertamente y que están afectando al proceso bolivariano.
Entre ellas, la relación entre política, religión y espiritualidad, tópicos sabiamente entretejidos y manipulados por los medios de comunicación y la institucionalidad eclesiástica para predicar resignación y sembrar temores ante cualquier posibilidad de cambio. O el dogma de la familia como "base" de la sociedad, sin definir ni tipo de relación familiar ni tipo de sociedad, desconociendo el papel que ha jugado y juega la familia nuclear en el soporte de la hegemonía capitalista y en la naturalización de las estructuras jerárquicas.
Viviremos y Venceremos