Nació vivió y murió subversivo de convicción

Como una despiadada ironía, cuando en medio de la euforia natural que produce una victoria contra el imperialismo, celebrábamos el contundente triunfo de la revolución bolivariana y de la unidad latinoamericana en la VII Cumbre de las Américas en Panamá, contra las pretensiones del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica y su máximo representante Barack Hussein Obama, nos sorprende ingratamente la partida física de un bolivariano ejemplar de un subversivo irremediable, que dedicó su vida a las luchas sociales y a denunciar la opresión y el robo de los imperios contra su patria grande, la América del Sur.

Eduardo Galeano, periodista. Poeta, escritor y revolucionario integral había nacido en Uruguay en 1940. En su dilatada carrera en el mundo de las letras nos legó una producción literaria, de lectura obligatoria para entender la historia de nuestra América y las luchas que nuestros pueblos han librado por la reivindicación de su dignidad,

Entre sus obras mencionaremos tres de las más populares: Patas arriba, El Mundo al revés y Las Venas Abiertas de América Latina. Esta última fue el acicate que templó el acero de los jóvenes que en la década de los 70 estábamos enfrentados al imperio y sus lacayos politiqueros en Venezuela, quienes le habían escamoteado la victoria del 23 de enero de 1958, al pueblo, para instaurar la dictadura civil, que durante 40 años, saqueó y entregó la soberanía de la patria al Fondo Monetario Internacional, al Banco Mundial y a las petroleras norteamericanas, que nos robaban todos los recursos e imponían las reglas del gobierno.

Con el apoyo de Washington, AD, COPEI y sus socios gobernaron al país a sangre y fuego, con los asesinatos de obreros y estudiantes en las calles , que solo exigían justicia social, la tortura y las desapariciones forzosas que puso en práctica la derecha del cono sur, durante las dictaduras militares, a través de la "Operación Cóndor", fue exportada desde Venezuela por Rómulo Betancourt y Rafael Caldera, líderes de la ·Democracia representativa", que durante 40 años, asesinó a unos 10 mil venezolanos, con el visto bueno del Departamento de Estado, que alabó lo que hizo el bipartidismo en nombre de la democracia y la libertad.

Ese tortuoso episodio de nuestra historia, terminó en 1998, cuando el Comandante Eterno Hugo Chávez, venciendo todas las trampas electorales y la guerra sucia, dirigida desde Washington, ganó por paliza la contienda en las urnas electorales y nos propuso el proyecto de país de la Venezuela Bolivariana, que hoy construimos y en cuyo desarrollo ha jugado un papel importante el pensamiento de Eduardo Galeano, que en su obra nos enseñó que los imperios son tan rapaces, que en la época de la Colonia, hasta la mierda del Guano (Ave de las islas) se la llevaban en las bodegas de sus barcos, junto al oro, el cobre, las perlas, diamantes, esmeraldas y otras riquezas que saqueaban a la patria grande, luego del genocidio contra nuestros antepasados, que dejó como saldo el aniquilamiento de 100 millones de seres cultos, trabajadores e indefensos que habitaban desde el sur del rio Bravo hasta La Patagonia.

Galeano definió "la historia de América Latina, como la historia del despojo de los recursos". Otro pensamiento que nos marcó es cuando expresa: La caridad es humillante, porque se ejerce verticalmente y desde arriba: La solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo. De esa manera sencilla y didáctica, como escribió para su pueblo, nos hizo comprender, la falacia que nos inculcaban con la castradora educación colonial, que nos hablaba de la "Madre Patria", a la cual le debíamos hasta el alma, cuando solo le debemos la desgracia que nos trajo, incluyendo las ratas que desde las bodegas sus barcos salieron e infectaron el territorio. Igualmente nos enseñó a descifrar la hipocresía de la cúpula de la iglesia cuando, nos habla de caridad, como acto cristiano. También comprendimos, porque el Che Guevara, nos habló del amor revolucionario, que no es otra cosa que la sumatoria de la solidaridad y el internacionalismo.

Los jóvenes de los 70, en la medida que leíamos a Galeano y particularmente su obra cumbre: Las venas abiertas de América Latina, nos convertíamos en subversivos encarnizados, contra el imperialismo y sus lacayos. Galeano nos deja, pero su obra cual Cid Campeador, sigue ganando batallas, las venas de América Latina, se abren hoy para sorber en profundidad el legado de Eduardo Galeano, que nació, vivió y murió subversivo de convicción.



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Cástor Díaz

Periodista CNP 2414

 cd2620@gmail.com

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