El 19 de Abril, se cumplen 205 años de la Firma del Acta que se considera el documento genésico de la emancipación venezolana. Consagra la separación política al desconocer al Consejo de Regencia y al constituirse en Junta Suprema.
Los hechos son los siguientes. España ha sido invadida por las tropas de Napoleón. El rey Fernando VII ha sido llevado a Francia. La noticia llegó a Caracas.
Los funcionarios peninsulares, al principio se asustan, luego se calman al comprobar que los criollos no pretenden aprovechar la ocasión para alzarse. Por su parte, el capitán general Vicente Empáran es partidario de las nuevas autoridades constituidas en España. Los mantuanos, lo acusan de ser afrancesado y suponen que habrá reformas económicas y políticas. Temen que sus privilegios estén en peligro; sobre todo lo referente a la eliminación de los latifundios y la esclavitud que constituyen para ellos la "mano de obra barata".
Pero los criterios y los rumores son diferentes. Sólo los revolucionarios ven con claridad las cosas y consideran que es el momento propicio para declarar la Independencia. A la burguesía, les asusta la palabra "Independencia". Sospechan que los esclavos y pardos podrían aprovechar el incidente para reclamar sus justas reivindicaciones. Esto les conviene, y prefieren aparentes transformaciones para que todo siga igual.
El 19 de Abril, es jueves santo y en la plaza Mayor de Caracas, hoy plaza Bolívar, varios grupos discuten acaloradamente. La aristocracia caraqueña está dispuesta a pedir la renuncia del gobernador, según ellos, vendido al bando francés.
Una junta suprema nombrada por ellos deberá hacerse cargo del gobierno a nombre del rey Fernando VII, autoridad legítima destronada por Napoleón. Algo parecido al Consejo de Regencia Español constituido en Cádiz.
Pasa el tiempo y los mantuanos no se ponen de acuerdo. Algunos están por la renuncia inmediata del Gobernador y otros prefieren que, por ahora, siga al frente de la administración, para evitar males imprevistos.
Don Vicente Empáran atraviesa la plaza para dirigirse a la Catedral. De pronto los promotores de la sustitución le cierran el paso y le piden que regrese al Cabildo. Francisco Salias lo convence y él accede a tal petición. Es entonces cuando se incorporan a la reunión: Juan Germán Roscio y José Félix Sosa como representantes del pueblo; José Cortez Madariaga y Francisco José Ribas por el Clero.
El Capitán General Vicente Empáran decide consultarle al pueblo allí congregado; y desde un balcón le pregunta ¿os satisface mi gobierno? Y el padre Madariaga señala al pueblo lo que ha de contestar e inmediatamente se oye gritar con estruendo: "no, no lo queremos". Allí mismo renuncia y entrega el poder a la junta nombrada por el Ayuntamiento.
La aristocracia ha ganado una vez más la batalla. Ellos son ahora dueños del poder, en nombre del rey. Todo seguirá como antes.
Bolívar, mientras tanto, permanece retirado en su hacienda (la lucha ha comenzado). Hoy como ayer la lucha continúa por la libertad e independencia de nuestro pueblo.
Nuevamente, la derecha fascista, enquistada en el parlamento Franquista de España, el parlamento Pinochetista de Chile y el parlamento de la Oligarquía colombiana, agreden con sus decisiones desestabilizadoras, al Gobierno Revolucionario, Bolivariano y Chavista de Venezuela ; al pedir la libertad de terroristas y golpistas venezolanos, que han reincidido en sus actividades, son los mismos de siempre, Leopoldo López, Corina Machado y Antonio Ledesma.