El fenómeno es tan obvio que los periodistas de las regiones intentan emular el Reality Show de los medios capitalinos

Periodistas se prestan al chantaje por empleo en Venezuela

Nota de Aporrea: Originalmente publicado en:
http://www.rebelion.org/venezuela/djmedina220103.htm
Ante todo agradecer la publicación del artículo "La olla podrida de PDVSA y la posible intervención de Norteamérica", a pesar de los errores que no tuve tiempo de corregir, pues el tiempo estaba mordiendo mis talones. Pues bien sentí el alivio, de publicarlo en la región en el diario el Guayanes, y en la página rebelion. Ello fue motivo de mi despido, con la excusa de reducción de personal, algo que asumo con responsabilidad, pues para nadie es un secreto que los medios venezolanos, tanto capitalinos como regionales, están defendiendo un sistema de información, que les permite chantajear a los gobernantes, nacionales, regionales y municipales con fines económicos.

Por ejemplo en Guayana, cualquier gobernante tendrá las puertas cerradas si no acumula deudas publicitarias con el medio, y luego será chantajeado con las deudas, por supuesto más de un gobernante en su ignorancia y su idolatría a los medios, por creer que estos colocan y quitan gobernantes a su antojo, han caído en el juego y ahora solo les queda esperar que Chávez gane la lucha contra los medios privados más poderosos del país, para luego emprender la misma lucha, con los mismos argumentos.

El mayor peligro en las regiones es el ejercicio ético del periodismo en Venezuela. Consignamos un documento ante el Colegio Nacional de Periodistas seccional Guayana, para que se hiciese respetar el Código de Ética del Periodista Venezolano y la Ley del Ejercicio al Periodismo, pero fueron los mismos periodistas los que acusaron tal iniciativa de buscar un sindicato para defender los intereses de los "terratenientes de la prensa en Guayana".

Existen muchos diarios regionales en Guayana, todos ellos con un poder económico de dudosa procedencia, el Correo del Caroní está radicalizado contra el gobierno, y fue uno de los diarios más influyentes de la región por muchos años, pero hoy día han bajado sus ventas considerablemente, y es evidente que han asumido la tergiversación y la mentira en una posición política contraria al gobierno. También existen nuevos diarios regionales, como Nueva Prensa de Guayana, que siendo uno de los más recientes, logró aumentar sus ventas por no atacar al gobierno en sus momentos más díficiles, ello confundió a la gente con equilibrio y objetividad, cuando en realidad la neglijencia y falta de coordinación permitían el falso equilibrio, y por supuesto la complaciencia del dueño en espera de beneficios económicos, que llegaron, un crédito a través del Fondo Guayana por mil millones de bolívares.

Otro de los diarios en franca oposición como el Guayanes, por palabras citadas de quien lo dirige actualmente, lo cual es válido y siempre lo ha sido, presenta una pugna interna entre periodistas y patrones, porque se les han violado práticamente todos sus derechos como trabajadores.

Esta situación se repite sin temor a equivocarme en el resto del país, con mayor o menor intensidad, y el problema más grave es que ha creado un tipo de periodista que no se atreve a criticar, investigar, ni siquiera pensar, con tal de proteger su trabajo.

Se requiere entonces venderse como una prostituta hasta conseguir un trabajo estable que ojalá no guarde relación con el diarismo. Existen leyes que deberían proteger la labor del periodista y sus derechos como trabajador, pero el CNP no las hace respetar pues hace mucho tiempo ha perdido la autoridad en el gremio.

Todo ello guarda relación con el monopolio de los medios y la manera de informar aplicada desde grandes monstruos como CNN. Grandes poderes económicos encontraron una mina de oro con los medios que forman matrices de opinión.

En mi caso particular renuncie a Nueva Prensa no por un problema salarial, sino por un problema de principios, pues se pretendía que aceptase un trato que viola la diginidad de un periodista, cambios de fuentes sin argumentación alguna, noticias que no debían ser publicadas por deudas del informante, denuncias que no debían publicarse por perjudicar amigos económicos.

Pero como existe el libre albedrío, asumí la renuncia sin demandar un despido indirecto por no caer en la ingenuidad de luchar contra un sistema corrompido y radicado desde las escuelas de comunicación social venezolanas.

Este año nada más en el Zulia se graduarán alrededor de quinientos comunicadores sociales, muchos de ellos tendrán que emigrar de la región por no contar con plazas de trabajo, muchos de ellos trabajan gratis, muchos de ellos no están debidamente formados por las deficiencias en la educación, generadas por años de desinversión en la comunidad universitaria.

Hoy como desempleado continúo escribiendo, con la convicción de que el periodismo existe en la conciencia ética del periodista que asume su función social. Lamento no haber podido abordar el debate de los medios mientras escribía en los diarios Nueva Prensa y el Guayanes, fueron tímidos intentos que no encontraron eco, porque no hay consciencia del oscurantismo del periodismo venezolano.

Es probable que de esos quinientos periodistas graduados en el Zulia, la mayoría nunca llegue a trabajar como periodista, profesión que se ha vendido como un trampolín a la fama y el reconocimiento. Profesión desvirtuada, pues se piensa que lo más fácil es describir lo que se ve, aunque no se comprende por falta de investigación y muchas veces de cultura, así como también es fácil transcribir lo que otra persona dice, a pesar de que se trate de una falasia, calumnia, idiotez, o simplemente una tontería.

Urge entonces el debate de los medios en el mundo, urge entonces que Venezuela se inunde de críticos que hoy no dependan de un salario, urge la discusión con los estudiantes y la difusión por todos los rincones de la tierra del nuevo rol del periodista en el mundo. Urge en Venezuela, porque el actual gobierno inicia una lucha titánica contra los medios Venevisión, RCTV, Globovisión, Televen, además de varios impresos, que con razón o sin ella, dejarán al periodismo venezolano en las ruinas, si la lucha solo se trata de desmontar un monopolio que ha idiotizado hasta tres y cuatro generaciones de venezolanos.

Lo que suceda en Caracas se repetirá en las regiones, como de hecho sucede, cuando gobierno y oposición, en cada municipio fuera de la capital espera lo que se argumente y dice en los medios para repetir el discurso desde sus trincheras.

El fenómeno es tan obvio que los periodistas de las regiones intentan emular el Reality Show de los medios capitalinos, mientras más agredidos, más héroes, más agudos en sus críticas, mejores periodistas, sin detenerse a pensar por un momento, porque la auto crítica está prohibida, que las acciones violentas contra los periodistas obedece al grave daño que le están haciendo a la población al dejarse chantajear por el poder económico de sus jefes. Pruebas existen de esa situación, pero ninguna de ellas ha despertado consciencia, pues hace mucho tiempo el periodista venezolano asumió como suya una manera de pensar "cada quien se salva como pueda", entendiendo salvarse, el permanecer empleado para alimentar el autoestima y encontrar un trabajo mejor fuera del diarismo.

Hoy cuando recibo varias ofertas de trabajo, y en mi profunda convicción de la belleza de la palabra y la verdad, escribo esta nota desde las profundidades del infierno, desde el desempleo, y puedo asegurar que el infierno no existe, que el miedo tampoco, y que el desempleo es una transición común entre millones de personas en el mundo.



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David Javier Medina


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