Para no caer en una elemental equivocación de interpretación sobre un planteamiento que está muy claro, no tengo problemas en reconocer, que me atreví a volver a leer lo que muy temprano en la mañana de este martes 19 de mayo, había leído y entendido. Me atrevía a releer el reportaje que daba cuenta de la participación del general Jacinto Pérez Arcay en un foro en la Eficen.
Había entendido lo que Pérez Arcay sostuvo o manifestó, pero viniendo de un personaje tan cercano y leal a Chávez, no podía arriesgarme a una mala interpretación, aunque todo estaba muy sencillamente expuesto.
El reportaje dice que Pérez Arcay “aseguró que Venezuela se encuentra en una profunda crisis, de la que solo podrá salir con el concurso de todos” y todas, agregaría yo. No hay dudas de lo que dijo. Las dudas me vienen por lo que pueden llegar a creerse esto, que es tan fundamental creerlo.
No es muy frecuente oír este tipo de planteamiento y debo confesar, que desde Müller Rojas, no había tenido la oportunidad de oír unas palabras tan oportunas venidas desde ese mundo y dichas tan claras y directas. Los discursos que solemos oír, van por otra ruta y exaltando situaciones más bien que suelen distraernos.
Supongo que este martes 19 de mayo será un día muy movido. Eso supongo, pero a decir verdad, guardo muy pocas esperanzas que sea así.
A pesar de que Pérez Arcay nos coloca de frente sobre la realidad, no deja este general, que estuvo siempre muy cerca de Chávez, tropezar con la misma piedra, porque aunque reconoce que de la crisis podemos salir “con el concurso de todos” y todas; Jacinto Pérez Arcay, comete error de sugerirnos que el camarada Maduro “es el único que puede como capitán del barco decir por dónde va a sacarnos de las aguas tenebrosas que atravesamos, por lo que todos [y todas] debemos coadyuvar en un momento crítico que viene desde muy lejos”.
Maduro efectivamente es el capitán y líder del Barco, no se discute ese hecho y tiene todo el apoyo. Esta verdad y necesidad de reconocer a Maduro como capitán y líder, no da pie para establecer que es el único que debe señalarnos por dónde debemos salir de las aguas tenebrosas. El dialogo y el tiempo que hemos perdido negociando con la oposición y los empresarios, pudo ser un tiempo para que el capitán del barco dialogara con una masa importantes de personas comprometidas con el proceso y así tener, las acciones precisas para poder pasar de los grandes enunciados que nos embriagan a situaciones muy concretas que han debido hacerse y no se han hecho. No hay dudas, que Maduro es el capitán del barco, pero tampoco hay dudas que la tripulación que acompaña a Maduro es un poco responsable de estar hoy surcando en aguas tenebrosas.
Propuestas y sugerencias han sido expuestas desde los colectivos e individualidades, que luego se marginan. Marea Socialista acaba de presentar una más de las tantas que ha presentado. Economistas como Manuel Sutherland con el Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO) han hechos planteamientos, que ni son considerados para una discusión por parte del alto gobierno.
Ya es bastante, que el general Jacinto Pérez Arcay se haya atrevido a poner esta situación en un foro, pero hubiese sido muy motivante para producir una revolución entre la revolución, que el general Pérez Arcay haya solicitado un derecho de palabra en la Dirección Nacional del PSUV para plantearle, cómo es el color de las aguas tenebrosas y los detalles de esas aguas. Decir que atravesamos por aguas tenebrosas ya es mucho, pero ir a los detalles y fijar responsabilidades es mucho más necesario.
Me gusta y celebro la propuesta que formuló el general Jacinto Pérez Arcay en ese foro. Convocar una constituyente ética luce importante. Eso pudimos hacerlo en el III Congreso del PSUV pero no fue posible y el asunto hoy es que el tiempo no es un recurso que manejamos a nuestro antojo. Al general Jacinto Pérez Arcay tal vez se le olvido, que estamos hablando de una refundación de la republica desde hace más de 14 años y muy poco hemos avanzado en ese campo. Una constituyente es buena idea, pero requerimos de un estremecimiento ya.