Su nombre es Milos Alcalay. Las comillas aclaran todo: no es embajador nada pero le encanta que le llamen así. Es el mismo que en 2002, durante el golpe de Estado, afirmó que el Comandante Hugo Chávez era un asesino. Esa vez era representante Permanente de Venezuela en la ONU. En la Cuarta República, cuando las calles eran teñidas con la sangre de venezolanos que luchaban por la libertad, jamás alzó su voz de protesta. Por el contrario, avaló todos y cada uno de los atropellos que su régimen infringió en nombre de la justicia burguesa que siempre sólo benefició a pocos, él entre ellos.
Ahora añade otro palmarés a su triste carrera. Con frío sadismo agredió a Génesis Prieto, una valiente comunicadora de Tv Pueblo que el jueves cubrió la llegada de los senadores brasileños a Maiquetía. Milos, como el resto de la comitiva que recibió a los desestabilizadores cariocas, no vio con agrado las preguntas de la joven. Ella, a diferencias del resto de los periodistas, las formulaba con entero rigor. La que más apropiada me pareció fue si también irían a Guantánamo, a constatar los Derechos Humanos de los prisioneros gringos. Silencio total de los entrevistados. Tanto de los "ilustres" visitantes, como de Milos.
Haciendo gala de vernáculo machismo cuartorrepublicano, osó tocar a Génesis. Tocó su rostro. Burlonamente le "explicó", sadismo facial de por medio, que era para hacerle "cariño".
El atropello le salió barato. Génesis es una niña y no supo cómo reaccionar. No supo asentarle la cachetada o el coñazo que mereció la inapropiada conducta de la viviente escoria diplomática. Tal vez fue lo mejor. No toda violencia debe responderse con violencia.
La Revolución dio vida a leyes que protegen a la mujer, a la niñez y a la juventud venezolana, de monstruos como este. Génesis tiene la palabra. De ella depende que la norma no quede en letra muerta. Mientras tanto estemos alerta: hay un "embajador" sádico, suelto.
¡Chávez vive…la lucha sigue!