Simón….Simón, ya llegué… Sí, me trajeron. Creo que me debían este tiempo…
¿Y tú cómo estás, Simón…? Han pasado cosas de Carabobo hasta hoy, no te puedo decir mucho, pero como tú lo sabrás, el que escribe la historia no es siempre el que la vivió y algunos intereses trastocan.
Este lugar parece sagrado, parece que estuviera lleno de todo lo que un día soñamos y por lo que luchamos. ¿Dónde están los demás? ¿Quién más andará por ahí? Bueno me imagino que se enterarán de que llegué. Algunos estarán de acuerdo, otros no. "¿Qué hace ese negro aquí?" Mira donde vino a tener…" Pero yo no estoy aquí porque me le colé a la historia, me trajo el valor, la valentía, el compromiso con la patria.
Qué honor para mí fue cuando dijeron: Vamos a llevar al panteón a Pedro Camejo. Me extrañó porque a pesar que mostré compromiso de lucha, me escondieron. Nos escondieron. Cuando dijeron "Pedro Camejo" me entró una cosa por el cuerpo por el alma, como si fuera lo más grande que me ocurrió en la vida después de las batallas, porque yo todavía sigo luchando. Aunque parezca algo esotérico, nunca me fui. Aún faltan batallas por ganar.
Hay gente que dice que en el fragor de la batalla, yo y que dije: "Vine a decir adiós porque estoy muerto". Habría que buscar historiadores que averigüen bien, porque es una mentira, con la fuerza de mi sangre, nunca diría eso, yo no estoy muerto, estoy hoy aquí ocupando el espacio que le gane a la historia. La gente como nosotros nunca muere. Ustedes saben de eso.
Seguí en la conciencia del pueblo, de los batalladores de esta patria, seguí con fe, con la lucha de todos. Unos hasta me colocaron en altares.
Te podría contar sobre esta gente que ahora me trajo hasta aquí, gente guerrera, luchadora; se empeñaron en hacerle entender al pueblo, que sabiendo de dónde se viene se sabe para dónde se va… Había entre ellos un tal Arañero, le decíamos así. Ese fue el que impulsó que viniera a encontrarme contigo para reforzar la historia.
Hubo momentos en que me sentí molesto porque ¿cómo podían discriminar a un héroe que venía de Carabobo? Yo andaba por ahí errante sin rumbo, pero siempre luchando, persiguiendo la dignificación. Algunos creían que yo era nada más que rumba, que yo como negro era nada más un tambor, no sabían que había en mi alma profundidad; aprendí no solo a bailar, a pensar, no solo reír, a pensar, no solo a llorar, a pensar, no solo a sufrir, a pensar.
Pero ya estamos volviendo a los caminos, Simón.
¡Ya estamos volviendo ARAÑERO!
¡Negro Primero en casa!
Este es el monólogo que ofrecí, para la llega del negro al panteón, pero fue negado y seguiremos andando, porque PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS Y HASTA LA VICTORIA
SIEMPRE.
SIN PATRIA NO QUIERO VIDA.