¿Cuánta basura ha publicado la oposición en sus diarios y pantallas de televisión contra el testigo de la fiscalía, Geovanny Vásquez, por haber acusado a personalidades ligadas a medios de comunicación de participar en el asesinato de Danilo Anderson?
¿Cuántos editoriales se han escrito? ¿Cuántos artículos de opinión, reportajes y entrevistas se han publicado? ¿Cuántos titulares, notas de prensa y avances de última hora se han transmitido para desmentir las revelaciones de Vásquez y desacreditar la labor del fiscal Isaías Rodríguez?
Geovanny Vásquez ha confesado ser la persona que introdujo el explosivo que se utilizó en el asesinato de Anderson, y que tras el abominable crimen están involucrados el ex director del DAS, Jorge Noguera, quien habría facilitado la salida de explosivos para Venezuela, y el jefe paramilitar conocido como Jorge 40, quien habría planificado el asesinato en reuniones celebradas con personalidades de la extrema derecha venezolana.
Inmediatamente, la oposición y sus medios monopolizaron la información y opinión referentes al asesinato de Anderson con el objeto de crear una matriz de opinión contra el testigo Vásquez que permitiera desacreditar las investigaciones de la fiscalía y de esta manera exculpar a los presuntos autores intelectuales así como desviar las investigaciones que presumen una conspiración internacional contra el gobierno del presidente Chávez.
Sin embargo, cuando el ex jefe de informática del DAS, Rafael García, confirma en extensa entrevista con la revista colombiana Semana (1 de Abril, 2006), las declaraciones de Vásquez, la oposición y sus medios sumergen la cabeza y guardan un escandaloso silencio que los hacen tácitamente cómplices de terrorismo, asesinato y conspiración.
Las denuncias de Rafael García sobre la infiltración del DAS por paramilitares y narcotraficantes se ha convertido en el "escándalo mas grave que ha vivido Colombia." García responsabiliza al propio Noguera de haber participado en el complot contra el presidente Chávez y de realizar reuniones con altos funcionarios del gobierno de Uribe y paramilitares colombianos con el objeto de planificar el asesinato de diversas personalidades del acontecer político nacional y así desestabilizar al gobierno de Venezuela. De igual manera, García acusa al DAS de perpetrar un fraude electoral en las elecciones presidenciales de 2002 mediante la compra de registros electorales en cuatro departamentos, y de borrar de la base de datos del DAS los expedientes de criminales y narcotraficantes vinculados a los paramilitares. Asimismo, García revela la existencia de una "lista negra" de sindicalistas y académicos progresistas elaborada por el DAS y entregada a grupos paramilitares para que ejecutaran sus asesinatos.
Para la revista Semana, "son abundantes los indicios de una toma criminal del organismo de inteligencia más importante de Colombia… [si bien] es cierto que García no es ninguna pera en dulce... no deslegitima la magnitud de sus acusaciones, sobre todo cuando varias ya han sido comprobadas." Al contrario, la oposición y sus medios en Venezuela han asumido las declaraciones de Jorge Noguera y el DAS como una verdad absoluta e inapelable.
¿Que dirán ahora; que García es un mitómano; que su título profesional es falso; que nunca trabajó en el DAS?
¿Cómo van a desmentir los serios señalamientos contra el DAS, que la involucran con la oposición golpista en el asesinato de Danilo Anderson?
(*) Internacionalista