Ayer 23 de enero, un ciudadano de 45 años, pobremente vestido, murió asesinado. Manos criminales, monstruos sin entrañas, colocaron el mortal artefacto explosivo para que corriera la sangre, hechos que habían sido perversamente anunciados por los fascistas terroristas y golpistas.
Esta vez fue asesinado un hombre humilde que tuvo, como muchos, la desgracia de ser pobre. Esta vez la “gran prensa”y la “sociedad Civil pacífica y decente”, no se viste de LUTO ACTIVO, porque murió un “pobre diablo”, no merece el indigente honras fúnebres, ni repique de campanas, ni las lágrimas de cocodrilo se vierten sobre los “sufridos rostros de la gente decente”.
La víctima fue una más de esos millones de excluidos por las mafias oligárquicas que gobernaron el país durante décadas y cuyo único dios para ellos es el dios oro, son los mismos que le cercenaron su derecho a vivir dignamente; son los mismos que saquearon a Venezuela por más de 40 años: ¡LADRONES!; los que han pretendido destrozar a la patria saboteando a PDVSA, los que quieren paralizar Guayana ¡LOS VENDEPATRIA!; los causantes del hambre de los humildes, acaparando hasta la leche de los niños, los que cerraron las aulas de estudio, los que le niegan al pueblo el derecho a la salud: ¡TRAIDORES!, los que se burlan de este pueblo noble: ¡MISERABLES!. Los que pretenden, con sus enajenados gritos de guerra destruir a su propia patria, les decimos: ¡NO PASARÁN!
A pesar de sus intentos fascistas terroristas, criminales de LESA PATRIA, ayer 23 de enero, día de la Victoria, de Júbilo, de Esperanza, de Fiesta, los Bolivarianos les demostramos una vez más nuestra firme convicción democrática con AMOR, VALOR Y FIRMEZA, en la multitudinaria y extraordinaria marcha CIVICA Y PACÍFICA.
A los criminales fascistas, mentes aberradas y egoístas, les juramos:
¡QUE NO VOLVERÁN, QUE NO HAY MARCHA ATRÁS, QUE LA REVOLUCIÓN SEGUIRÁ BARRIENDO A LAS LACRAS QUE QUEDEN DE ESA OLIGARQUÍA CORRUPTA Y DESPIADADA! ¡LO JURAMOS ANTE DIOS, LA PATRIA Y NUESTROS HIJOS!!!
Wilmer José, hermano:
Los bolivarianos somos tu familia, sentimos tus hambres pasadas, sentimos tu partida. Descansa en paz.
Y para aquellos compatriotas que resultaron heridos este mismo día, como consecuencia de los nefastos actos terroristas, rogamos por su pronta recuperación, con la seguridad de que seguiremos adelante y que triunfará el AMOR Y LA JUSTICIA, a pesar de la perversidad que anida en esas almas miserables.
