Hay que construir un nuevo proyecto social. Propongo infodemocracia total

 

Ya presenté una serie de cinco artículos dónde se hizo un análisis crítico del capitalismo y de lo que denomino socialismo tradicional. Ahora me propongo a presentar otra serie de artículos donde trasciendo de la crítica a una propuesta concreta y completa. Tal como lo plantea el título, es necesario que de una vez por todas definamos un proyecto social concreto. En tal sentido propongo Infodemocracia Total, con la visión de que tenemos que superar el cruel capitalismo, superar los errores conceptuales y estratégicos del socialismo tradicional y, más aún, superar el prevalente criterio nacional de "como vaya viniendo, vamos viendo". En este primer artículo de la segunda serie les presento los fundamentos generales de este proyecto. Espero que, como siempre, lo aquí descrito sirva para alimentar la discusión en distintos sentidos.

El socialismo es en esencia un proyecto social. Si bien es el único que se ha implementado, no es el único que se ha planteado. Cuando la sociedad se plantea de manera explícita el cambiar de modelo social, se habla de un proyecto social. Así, aunque el capitalismo tenga sus fundamentos conceptuales, nunca existió un proyecto capitalista concreto. Por otro lado, el anarquismo y el comunismo representan ejemplos de proyectos sociales. Como en todo proyecto, hay que definir las condiciones iniciales existentes y las condiciones finales buscadas, así como el proceso de transición entre ambos modelos.

Para definir un buen proyecto hay que examinar cuáles son las características del modelo inicial que se consideran insatisfactorias, las características del modelo buscado y las estrategias para lograr la transición entre ambos. En cuanto al capitalismo hay que decir que la bibliografía es abundante, sin embargo ofrezco la serie de artículos sobre "Juicio al capitalismo y al socialismo tradicional" donde muestro mi perspectiva sobre el asunto. Esta misma serie de artículos muestra los argumentos con los cuales manifiesto que el socialismo tradicional no representa ni el modelo ideal, ni la transición apropiada entre los modelos. En otras palabras, no es un buen proyecto social.

El socialismo es, según lo plantea Wikipedia:

"…el CONTROL POR PARTE DE LA SOCIEDAD, organizada con todas sus partes integrantes, tanto de los medios de producción y comunicación como de las diferentes fuerzas de trabajo aplicadas en las mismas. El socialismo implica, por tanto, una PLANIFICACIÓN Y UNA ORGANIZACIÓN COLECTIVA CONSCIENTE de la vida social y económica."

De la definición anterior destaco dos elementos. Por un lado se establece el control social, no necesariamente estatal, de lo que ocurre en la sociedad y, por el otro, se plantea una planificación colectiva consciente, vale decir, explícita, clara. De modo que el planteamiento socialista no necesariamente se vincula al estatismo y claramente se diferencia de la improvisación. Agregado a esto, podemos incorporar los siguientes principios del socialismo tradicional:

1. Desaparición de la propiedad privada de los medios de producción

2. Eliminación del mercado

3. El criterio de que la clase hegemónica debe ser la proletaria

4. La lucha de clases es el motor de la historia

5. El proletariado debe tener consciencia de clase

6. Visión de que la hegemonía proletaria finalizará con el comunismo

Para concretar el proyecto socialista tradicional existen en esencia dos caminos. El camino violento caracterizado por la conquista del poder por una insurgencia armada y el sostenimiento del poder a través de la dictadura del proletariado. En contraste, el camino pacífico no está claramente definido y realmente se hace difícil encontrar una transición pacífica entre el modelo capitalista y ese modelo socialista tradicional, al punto que muchos teóricos, comenzando por Marx, lo consideran imposible. La pregunta es ¿cómo a partir de las condiciones económicas, culturales y políticas del capitalismo se puede producir la transición pacífica, conociendo ya las debilidades del modelo socialista tradicional?

En ese marco, propongo Infodemocracia Total. Ésta se entiende como un nuevo proyecto social que prefiero no calificar ni como variante del socialismo ni de la socialdemocracia. De hecho, prefiero dejar eso a juicio al lector y conformarme, por lo pronto, por mostrar en qué se diferencia del socialismo tradicional. Luego, poco a poco iré brindando conceptos acerca del modelo de Infodemocracia Total y de la transición requerida.

Una primera distinción que tiene el socialismo tradicional con Infodemocracia Total es el papel que le da al Estado en términos del control social. Es claro que en la propuesta de socialismo tradicional, donde se tiene un Estado clasista que tiene como misión la de darle soporte a la hegemonía de una de las clases sociales en desmedro de las demás, se haga necesaria la presencia de un Estado poderoso, tanto como en el Estado clasista capitalista. Esto conlleva a que en ambos modelos el Estado tenga mayor incidencia en el control social que el pueblo. En consecuencia, allí no hay democracia. En contraste, en Infodemocracia Total se tiene el planteamiento de que el control social sea ejercido directamente por el pueblo. No se trata de que el Estado se elimine, sino de que el mismo se reduzca en su poder hasta el punto de representar un simple servidor público, sin tanto protagonismo como el que tiene en el capitalismo y el socialismo tradicional.

Otra distinción importante está ubicada en la pretensión socialista tradicional de eliminar el mercado. Hay que entender que oferta, demanda y precio representan mecanismos naturales y simples de regulación de las relaciones económicas y que eliminar el mercado no sólo es prácticamente imposible, sino que es un afán innecesario. No obstante, se tiene claro que al mercado no se puede dejar funcionar por sí solo porque genera tremendas injusticias sociales. Por lo tanto, sobre el mercado hay que establecer controles. Ahora bien, la historia nos ha mostrado la inconveniencia relativa de utilizar controles estatales. Pues propongo entonces que los controles no sean estatales sino populares, donde el pueblo en su conjunto tenga capacidad real de manipular la demanda y de incidir en oferta y precio. Ya veremos cómo.

Otra diferencia la encontramos en el cambio de hegemonías. El planteamiento socialista tradicional se plantea como referente la hegemonía del proletariado o la hegemonía de las clases populares. Al hablar de clases populares está manifestando que existen algunas clases sociales preferidas desde cierta perspectiva que realmente no es muy clara. Así, llega a ocurrir que un mecánico que gana 10 mil bolívares diarios es más pueblo que un profesor universitario que gana esa cantidad mensualmente. Lo cierto del caso es que en el concepto de Infodemocracia total todos, absolutamente todos, somos pueblo. En consecuencia, no se hace necesario tener clases hegemónicas dentro del pueblo y el planteamiento hegemónico cobra otro matiz. Se trata ahora de establecer la hegemonía del pueblo sobre los otros dos sectores fundamentales de la sociedad: el sector económico productivo y comercial, y el Estado. Sólo cuando esa hegemonía se haya establecido podremos hablar de democracia.

Una consecuencia natural de la diferencia anterior se ubica en la desaparición de la lucha de clases como referente fundamental de la lucha popular. No hay duda de que la lucha de las clases históricamente oprimidas representa parte importante de los movimientos sociales. En nuestro afán de justicia, debemos buscar no sólo la superación de injusticias entre los distintos roles a nivel productivo, sino que a nivel de consumidores, a nivel de sexo, a nivel de preferencia sexual, de raza, de origen, etcétera. Sin embargo, pensar en que hay que pasar de la opresión burguesa a la proletaria es equivalente a pensar en establecer hegemonías de mujeres, homosexuales o personas de raza negra. Hay que entender que el pueblo, en su conjunto, tiene intereses comunes y que se puede establecer la lucha del pueblo contra la hegemonía que han tenido el sector económico, llámese esclavismo, feudalismo o capitalismo; o el Estado, llámese totalitarismo.

Hay que entender al pueblo como un todo indivisible. Es como una colonia de hormigas tiene que sus roles, pero no deja de ser colonia de hormigas. Dentro de la sociedad humana, nadie debe ser más pueblo que otro y todos los sectores sociales son importantes, así haya ocurrido que por alguna razón histórica se hayan generado injusticias. Caemos en tremenda hipocresía cuando decimos: "Ustedes, burguesía apátrida y oligarca, vengan, inviertan en nuestro país". Eso se parece mucho a la canción "Te odio y te quiero" porque se entiende que aunque hay un resentimiento hacia la injusticia, hay la claridad de que esa burguesía es necesaria en nuestra realidad social.

Insisto, todos somos pueblo. Es natural que en el control social que buscamos se establezcan mecanismos de protección para el considerado débil, sea éste un niño, un anciano, una madre, un indígena, una persona con discapacidad, un inquilino, un obrero, o un consumidor. Sin embargo, todos somos igualmente humanos e igualmente pueblo. Nadie es más pueblo que otro. Es falso que un obrero sea más pueblo que un maestro, y que éste sea más pueblo que el bodeguero, y que éste sea más pueblo que el distribuidor de alimentos.

Como humanos, tenemos nuestras conductas sociales que nos diferencian de otras especies animales. Tenemos un interesante balance entre individualismo y colectivismo, así como entre cooperativismo y competencia. Esta característica nos lleva a tener la condición de la configuración de distintos tipos de interacción humana con presencias de variados tipos de liderazgo. Todos somos, en algún contexto, líderes y, en otros contextos, seguidores. Lo cierto del caso es que el liderazgo representa un elemento fundamental del control y devenir social y representa un componente fundamental de la praxis revolucionaria, entendida ésta como la que nos conduce permanentemente a la búsqueda de un mundo cada vez más feliz.

Para finalizar este primer artículo de la segunda serie sobre Infodemocracia Total, presento a continuación los principios fundamentales de esta propuesta de proyecto social:

• Concepción del humano como un ser integral y real

• Consolidación del principio de que lo colectivo prevalece sobre lo individual

• Concepción del pueblo como universal y como agente social primario

• Distanciamiento de la visión proletaria protagónica y de sus consecuentes de luchas de clases y clases hegemónicas.

Con el primer principio se establece una distinción entre la pretensión de convertir al humano en un ser absolutamente altruista y con vocación de hormiga, y la de tener un ser humano que participa en la sociedad en búsqueda tanto de su felicidad individual como colectiva. El segundo principio reconoce al individualismo como importante, pero establece la preeminencia de lo colectivo. La concepción del pueblo como universal nos habla de la inconveniencia de estar enfocándolo desde el punto de vista de clases sociales. Al tener el pueblo un carácter de agente social primario, la lucha de los humanos no es contra otros humanos, sino contra las formas de opresión que hemos generado los propios humanos a la largo de la historia. Estas formas de opresión se encuentran al nivel del sector económico y del Estado. Finalmente, el distanciamiento de la visión proletaria protagónica y de sus subsecuentes es una consecuencia natural de la concepción del pueblo como agente social primario.

Para el siguiente artículo me referiré a explicar las razones del nombre Infodemocracia Total y a describir en más detalle lo que significa esta propuesta de proyecto social.



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Felipe Pachano Azuaje

Profesor de la Universidad de los Andes

 pachano@gmail.com

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