La situación no está como para hacer fiesta en el seno de la revolución bolivariana, sino para olvidarse del discurso excesivamente optimista y sentarnos a ver la realidad y colocar los pies sobre la tierra o de lo contrario la oposición golpista, que está de fiesta con la ruina del pueblo, festejará en grande en el venidero diciembre. No es que va a aumentar su votación porque chavista y revolucionario no vota por apátridas y criminales que durante más de 40 años, robaron, persiguieron y desparecieron a miles de compatriotas, por el solo hecho de pensar distinto, pero si puede lograr un objetivo bien delicado, como es engatillar a los sectores populares, que son los más golpeados por esta dictadura del mercado, que día a día desaparece de los bolsillos del pueblo, los raquíticos ingresos que obtiene.
Camaradas del equipo de gobierno, es hora de olvidarnos, de que con o sin petróleo vamos a continuar al mismo ritmo, que dejó en el país el Comandante Eterno Hugo Rafael Chávez Frías. Hay que pensar en frío y conectarse con las bases de la revolución, para darnos cuenta, que el mercado se está engullendo a la revolución. No es posible que estemos viendo como el kilo de pollo que hasta hace un año, estaba el 50 bolívares y se miraba como una escandalosa especulación, hoy esté sobre los mil bolívares. Un kilo de caraota o de frijol, que hace un año, la primera estaba por el orden de los 40 bolívares y el segundo, en 8 y 10 bolívares, hoy estén sobre los mil bolívares y los 600 bolívares respectivamente, cuando se consiguen, porque también los esconden y los llevan a los anaqueles, solo cuando ya tienen listos los inflados precios.
El equipo que lleva las riendas de la economía del país, debe sincerarse ante el pueblo y anunciar las medidas que tenga que anunciar, por duras que sean, pero que den signos de parar esta horrible y criminal mano invisible del mercado, que minuto a minuto siembra de miseria nuestra patria, cosa que nunca quiso el Comandante eterno, que entregó su vida por defender al pueblo del cual procedía.
No hay que ser un experto economista para no saber lo que está ocurriendo. Basta con ir al mercado y ver como todo duplica su precios en cuestión de días y no hay quien ponga freno a esta calamidad, al menos en el estado Bolívar, no se ve acción al respecto por ningún lado. Lo que si se ve sospechosamente, es que la carne, el pollo, las pastas, la harina precocida, arroz y otros productos no se encuentran ni siquiera en las cadenas Mercal y PDVAL, pero si hay de sobra en los comercios, como las llamadas polleras (establecimientos dedicados a la venta de pollo asado o rostizado), donde el producto es vendido a precio de oro, restaurantes y ventas de carne en vara, donde para una modesta comida, hay que llevar un saco de billetes. Esto tiene encrespado al pueblo, que quiere una explicación, en vez de optimistas discursos, que lo que hacen es aumentar la rabia, que siente quien no encuentra que hacer con el salario, porque no hay manera de alimentarse.
Los revolucionarios no van a aplicar voto castigo, porque saben que esa es la mayor estupidez, que durante más de 40 años nos mantuvo prisioneros de AD y COPEI y sus derivados, que cada cinco años, eran castigados con el voto y ellos hacían fiesta porque esa engañifa les permitía como socios, seguir saqueando al país y matando a quienes les estorbaban en su delictiva carrera. Pero ese pueblo leal y bregador, que no saca a Chávez de su corazón, necesita también reciprocidad de ese sentimiento hacia él por parte de quienes ejercen el legado del Comandante Chávez.
Rompamos definitivamente con hechos y no con palabras con las mafias que están acabando con la revolución.
Demos una demostración de lucha contra la corrupción. Encontremos a los que se llevaron los 40 mil millones de dólares con empresas de maletín y que siguen robando, bajo el manto de "empresarios". Arranquemos de las manos de las mafias boliburguesas, la distribución de alimentos y demás insumos que precisa el país para funcionar y, salvemos el legado del Comandante Chávez. Todavía podemos recomponer al bosque revolucionario y llevarlo convencido al 6D, pero eso no lo vamos a alcanzar con discursos televisivos. Dennos aunque sea un garrote para defender la revolución. Es urgente amputar la mano invisible del mercado.