Hace mucho tiempo ya, que dejamos de arrodillarnos ante el fuego.Sin
embargo aun hoy encendemos una vela, una fogata,y disparamos un
arma, con la misma devoción.
Quedamos absortos ante la imagen de un cohete impulsando nuestros
sueños al espacio exterior,al igual que ante la paradójica belleza
de un hongo nuclear.
Nos levantamos temprano en la mañana para ver la salida del sol, pero
nos escondemos y nos quejamos de el, a las doce del día.
En el fondo nos maravillamos de su poder creador y
nos aterra el que tiene para destruirlo todo..
Con fuego se aniquilan y exterminan poblaciones completas.En
contrapartida el ¨ fuego eléctrico ¨ nos ha permitido extender y hacer
mas grata la vida,al igual que el ¨ fuego ¨ de una planta nuclear
El fuego del amor nos trae a la vida.Desde ese instante entramos en un
proceso de combustión que puede durar en promedio 70 o mas
años.Morimos a ¨fuego lento ¨ , en el mejor de los casos.
Pero quizás la parte mas horrenda de esa devoción, es la que cite al
principio.Es el fuego de las balas y de los misiles.El que
¨devotamente ¨ nos lanzamos, unos a otros.
¿ Cuando lo controlaremos, realmente ?¿ Quien proveerá la chispa que
encenderá el fuego que ... nos ilumine?.