Es su naturaleza. Por mucho que haga o le hagan jamás cambiará y la percepción de la humanidad seguirá siendo la misma de siempre. Y es que los humanos y particularmente los venezolanos tenemos maneras muy lapidarias de mirar o apreciar las posturas, objetos o sujetos. Es así que como para sentenciar una percepción sin derecho a pataleo, están las típicas expresiones de: "Mona, aunque se vista de seda mona se queda" , "El que nace barrigón, ni que lo fajen chiquito" ó "Por más que te tongoneés, siempre se te ve el bojote". Y ese animalito, Wall Disney, con todo su genio no lo pudo deslastrar de la repulsa humana. Lo hizo simpático, con su animación, para honrar a su compañero del taller mecánico en la cochera de su casa, pero la sociedad siempre lo sigue viendo como lo que es en su génesis. Con esto queremos señalar que después de una metida de pata, ni que nos disfracemos de Papá Noel, vamos a pasar inadvertido, siempre habrá alguien que nos arranque la máscara y nos deje al descubierto.
Así le acaba de ocurrir a la bancada de la Mesa de la Unidad Democrática en la Asamblea Nacional. Durante la campaña electoral, donde no mostraron la cara, sino uno que otro conocido, los candidatos de la MUD se hacían los simpáticos y entre promesa y promesa, falsas sonrisas y abracitos fueron engañando al pueblo para que votaran por ellos, con la afirmación, de que hasta el 6D duraban las colas, el acaparamiento y la especulación, porque ellos eran "El cambio" y tenían la solución.
El pueblo se fue de bruces o de jeta, como decimos coloquialmente y les endosó una mayoría calificada, para que resolvieran sus problemas, tal y como era la oferta lectoral. Pero apenas lograron su cometido se quitaron la careta y salieron los auténticos dueños del circo, Fedecámaras, Consecomercio, Lorenzo Mendoza y todos los financistas que de antemano compraron sus decisiones; a indicarles lo que tienen que hacer a partir del 5 de enero de 2016. Los domadores salieron látigo en mano y los metieron a todítos en la jaula, para que de allí salgan con su apuntador incorporado a ejecutar todo lo que les digan desde las gerencias empresariales, banqueras y los bufetes, estos últimos legisladores encapillados, para que sus adefesios sean aprobados con la mayoría.
Y vino el comprometido 5 de enero, Micky Mousse, llegó luciendo sus mejores galas, repartiendo sonrisas y haciendo piruetas, para convencer a la gente que no es lo que están pensando o que un aguafiestas les ha susurrado al oído.
Pero apenas iniciado el debate de instalación de la AN, Micky, tuvo que obedecer a sus domadores y al asumir su naturaleza quedó al descubierto, el colorido traje se diluyó, sus simpáticas cabriolas desparecieron y para el público quedó como lo que es en esencia y que intentaba ocultar con sus simpatías. Micky Mousse, baló, cantó pero no convenció.