"En atención a una propuesta hecha por la comunidad internacional y
como una señal 'de la disposición a negociar' que manifiesta tener la
oposición, el secretario general de la CTV, Manuel Cova, anunció que la
Coordinadora Democrática resolvió la suspensión del paro y exhortó a
empresarios y comerciantes a que voluntariamente decidieran si se
plegaban al horario restringido de actividades" (El Nacional B-1, 02-02-
03)
No es que objete las recomendaciones de publicistas, de creativos, de
expertos en estrategias de comunicación de masas, pero la coba que nos
trata de meter Manuel, es insólita, por decir lo menos. Declarar eso,
63 días después, de los cuales al menos 50 su jefe estuvo dando partes
de guerra anunciando que la huelga seguiría "hasta que Chávez se vaya",
es un aporte sin precedentes al Movimiento por el Caradurismo
universal.
Los "reportes gasolineros", esto es, el tiempo que tardamos en "echar"
gasolina en cualquier bomba de Caracas, dan cuenta de que el paro
petrolero, verdadera fuerza de la oposición golpista, fue un fracaso
total. El record lo ostenta un amigo ingeniero que "echó" gasolina en
10 minutos en una bomba de Catia.
Pero para llegar allí han pasado dos meses y un pelito. El auto
impuesto límite de levantar la huelga el 2 de febrero de 2003 con la
celebración del referéndum consultivo, que a todas luces era
insconstitucional, fue una decisión criminal y muy costosa para el
país.
Pero es que los defensores de esta epopeya trágica sobran. Petkoff dice
hoy en Ultimas Noticias (02-02-03, Pág. 1) que "lanzar el paro tuvo
cierto espíritu aventurero". Miles de millones de dólares en pérdidas
para un país, resulta que ahora pueden ser comparados con las aventuras
de cualquier super héroe de comiquita infantil.
Ibsen Martínez dice (El Nacional, 01-02-03, Pág. A-9) que hay
que renovar a los líderes del paro, esto es, de la oposición, entre
otras cosas, por la sobre exposición televisiva que ha tenido el par
obrero-patronal, en estos sesenta y pico de días. Pero extrañamente
saca al Juan Fernández del paquete. Tal vez ya le ve el empaquetamiento
de presidenciable. Más sincera le hubiese quedado su crónica sabatina
si en lugar de recordar a Abbott y Costello, a Dean Martin y Jerry
Lewis, hubiese comparado a los líderes de nuestra tragedia particular
con Los Tres Chiflados. Pero eso es mucho pedirle a Ibsen y que me
perdonen Moe, Larry y Curley
Pero el que se lleva la batuta en estas opiniones de paros que mueren
de mengua, es la que da el mismísimo rey de la movida, Luis
Giusti: "Los detalles (subrayado nuestro) del paro podrán revisarse,
en busca de crear mejores condiciones para continuar la lucha, pero no
puede caerse en la trampa de pensar que están dadas las condiciones
para una negociación efectiva. Los derechos de millones de venezolanos
que lo han dado todo por la democracia, no pueden echarse ingenuamente
por la borda. ¡Ojo avizor!" (El Nacional 2-2-03 A-11)
Menudos y caros detalles. Todo para terminar recogiendo firmas por una
salida constitucional, pacífica y electoral, al decir de Carter, pero
de Chávez también. ¿Será a eso a lo que se refiere Giusti? Ojo avizor,
señores de la oposición, les habló su jefe.