Está presa la expresidenta de Abastos Bicentenario, Bárbara González. También el expresidente de CVAL, Heber Aguilar y la ex directora de administración de CVAL, Bárbara Figueroa González. A todos los arropó la Operación Gorgojo.
Mientras estuvieron en sus cargos y a costa del hambre del pueblo, se llenaron los bolsillos y algo tan terrible como eso: ultrajaron la confianza de Nicolás Maduro y del Comandante Hugo Chávez.
¡Qué se jodan ahora!
En lo particular no me sorprende el resultado del caso. A pesar de que los medios burgueses ocultan la batalla que el Gobierno da contra la corrupción, estoy claro en que esa lucha es diaria. Van más de dos mil detenidos por diferentes causas y también somos culpables de que eso no se sepa del todo. Mea culpa, pues.
El momento es bueno para pasar a otro nivel en esa contienda a favor del pueblo. Hay que entrompar definitivamente a los y las bachaqueras. Estos y estas desgraciadas se hicieron profesionales de ese tipo de pillaje. Sigue intacta su organización a las puertas de mercados y farmacias, muchas veces, con la mirada complaciente de efectivos policiales. Suena duro, pero es la verdad. Todas y todos lo presenciamos a diario.
Son tan desalmados y desalmadas los y las bachaqueras, que de manera desalmada emplean a sus bebés. Con el objeto de despertar lástima y justificar su despreciable presencia en los establecimientos, los usan cual escudos de guerra. Eso, sumado a la incertidumbre que la guerra económica sembró en el pueblo, acaba en un dos por tres con la existencia de productos de la cesta básica que a mi juicio, sin ser excesiva, es suficiente para satisfacer la demanda fundamental de la población.
Con el apoyo de la colectividad organizada y la puesta en práctica de algunas líneas básicas de acción, los pupilos de González, Aguilar y Figueroa tendrían contados sus días de abierto malandraje. Es la hora.
¡Chávez vive…la la lucha sigue!