Quienes agobiados por la incertidumbre recreada y remarcada por la mediática comprometida en el golpe blando y por carencia de consistencia ideológica, concurrieron a las urnas el 6D de 2015 a depositar su voto por una oferta electoral engañosa y con candidatos fantasmas que nadie conocía, jamás imaginaron que tendrían una mayoría calificada en el parlamento nacional con tanta clase, cultura e imaginación para poner en vilo a la estabilidad política, social, económica, emocional y hasta académica, con su inagotable creatividad, para crear expectativas y zozobra en la población dependiendo el cristal con que se mire la actividad parlamentaria de la MUD.
Llevan ya 100 días de gobierno parlamentario y hasta el presente no han hecho más que causar hilaridad en muchos, rabia y decepción en unos y otros, con las tragicomedias que monta la presidencia, la inconsistencia en el mensaje y el discurso de la voz cantante de la MUD, que cada vez que sale a berrear (léase declarar) frente a las cámaras, al igual que el presidente del parlamento, lo que deja en el ambiente son rastros de su desvergüenza y pobreza ideológica por la manera irrespetuosa de dirigirse al pueblo venezolano, olvidándose que ya no somos los mismos borregos de los 60 y 70 que nos arreaban, con los jingles creados por Joe Napolitan y demás asesores gringos, que vendían al electorado a estos personajes de AD y COPEI, como si fuesen una crema dental o el limpiador pocetas MAS.
Los 100 días de la mayoría de la MUD en la AN, han sido perdidos y así transcurrirá su período, mientras en medio de la estulticia y la ignorancia con (H), continúen de espaldas a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Constitución, que nos dimos en un libérrimo y democrático proceso participativo y protagónico, en el cual la sabiduría, la capacidad y el talante democrático del pueblo bolivariano, se impuso, frente a una falange, que solo sabía repetir como el loro lo que le dictaba el amo desde la Casa Blanca "Como Cuba No" y el "Si", les dio un revolcón descomunal.
Pero no aprenden. Esta vez lograron sorprender al pueblo con engañifas y lo han decepcionado, porque lejos de cumplir su promesa de acabar con las colas, con la promesa de que la última cola, era la del 6D, para votar contra el gobierno de Maduro, sus amos, que les financiaron la campaña y les redactaron la agenda parlamentaria que llevan adelante, arrecian la guerra económica contra el pueblo elector que ahora les observa como esperpentos que deambulan entre chismes, tragicomedias y ambiciones personales, que están bien lejos de los intereses de quienes cayeron por inocentes el 6D y les dieron el voto. El tiempo se les acaba y van rumbo a la disolución, por inoperantes y golpistas. El presidente tiene facultad para declararla transitoria y disolverla, que sería lo mejor que puede pasar para dar paso a la paz, al trabajo por el pueblo y la decencia en esa instancia.
La verdad, que son malísimos alumnos. En los primeros 100 días, no han hecho ni la sombra de lo que ha hecho su profesor Macri en Argentina. Son malos hasta para fracasar.
Esperemos que en un próximo proceso, quienes con toda razón están descontentos, tengan un poco más de cuidado al emitir su voto, para que no repitan el error, de elegir a ciudadanos que en vez de currículum, muchos de ellos tienen es prontuario y entraron a la cámara legislativa, solo con el propósito de blindarse contra la justicia, por la inmunidad, que su condición les brinda, y elijan con criterio y responsabilidad una mayoría parlamentaria con clase y cultura.