El eterno y supremo Cte. Chávez, hijo de maestros de escuela, afianzo de sus padres la afirmación de sus principios, con el credo radical que le enseñaron en la edad de su adolescencia. Un hombre que revive polémica y hace avivar el sentimiento latente de heridas no cicatrizadas ni por el tiempo ni por la muerte. (Pero quienes lo odiaban saben muy bien porque lo odiaban.)
La mayoría de sus detractores, fueron parte interesada segados por la envidia de su verbo, de su fama y de su obra Revolucionaria. Hoy hay quienes continúan empecinados en el odio, pero lo hacen gregaria y gratuitamente sin causa, solo por seguir la corriente, porque para ellos esta de moda detestar lo que desconocen y vituperan lo que ignoran.
Negarle grandeza al eterno Cte. Chávez, es todo como pretender ocultar su don de gente, de Patriota y de Revolucionario, juzgarlo por sus defectos, es rastrear venganza de la envidia, creyendo así aminorar su nombre, es pequeñez de intransigentes, denostarle por libre pensador. Oficio de fanáticos, odiarle por incrédulos es propio de pusilánimes.
La causa de su desaparición física, la aprovecharon envidiosos y resentidos, para clavar en su nombre todas las púas envenenadas de la insidia. De ahí el odio, la envidia y la cortina de la ignominia en torno a su nombre.
Su obra de gobierno indujo un gran esfuerzo en defensa de altos ideales, de bien, de la libertad y de la justicia.
Quienes nos consideramos Chavistas, lo confesamos sin temor de ninguna clase, y sin rubor de ninguna especie a mucho honor y con mucho orgullo, somos parte interesada en este proceso Revolucionario iniciado por nuestro líder comandante. Pueden juzgarle como quieran, pero los que siempre creímos en sus condiciones humanas, hoy vemos en marcha con nuestros propios ojos la solución de la vivienda, reducción de la pobreza extrema de la cual: ¿Podrán decir lo mismo anteriores gobernantes de Venezuela? Ellos solo sirvieron para endeudar el país, con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial con una astronómica deuda, y hubo de llegar el Cte. Chávez para saldarla.
Sobre el Cte. Chávez se han ensayado las apreciaciones mas disimiles muchas por el calor apasionado de sus discursos encendidos, como el pronunciado en las Naciones Unidas (resonó en todo el mundo como un estallido formidable), donde su verbo de fuego ardió en la espalda de muchos imperialistas como un latigazo. Cualquiera que haya sido la posición adoptada sobre su obra de gobierno por estos mequetrefes de un sector de la intolerancia Venezolana, quedará en la historia la admiración de su nombre, independiente del veneno de las víboras que no pudieron morder el pedestal de su gloria.
Hoy se conforman, calumniándolo a quien ya no puede defenderse. La libertad fue la única pasión de su vida y por ella fue al sacrificio.
El seguirá gozando de gran preeminencia en nuestra historia contemporánea, como el líder que despertó conciencia en nuestro Continente Latinoamericano.
Patria Socialista, Viviremos Y Venceremos.