Sin perder tiempo, hay que cuidar a los Comité Locales de Abastecimiento y Producción, CLAP. Hay un "ruido" nada agradable.
En la base, se despliegan aceptablemente gracias al esfuerzo de la comunidad, Unamujer, el Frente Francisco de Miranda y demás figuras. Por ello, lo menos que uno puede es sorprenderse cuando recibe algunas denuncias, como ya ha ocurrido.
Gente responsable nos ha mostrado su preocupación. Durante estas últimas semanas ha detectado escenarios, ciertamente inquietantes. En Caracas, y en ciudades como Barquisimeto.
Una de las quejas apunta hacia la periodicidad en el suministro de la bolsa. Pese a las diligencias de las comunidades, ha habido retraso en la entrega. Tan delicado como eso, ha sido la ausencia de razones válidas que justifiquen la tardanza.
La escuálida proporción de alimentos en el paquete también altera, con sobrada razón, los ánimos.
En tercer lugar, mortifica el riesgo al que estos entuertos exponen a los líderes y lideresas comunitarias, inocentes del defecto de origen del proceso que sigue representando la alternativa válida para contener la arremetida golpista. Sabemos de amenazas proferidas contra hombres y mujeres, responsables exclusivamente de la recepción y entrega de los esperados productos e inocentes de las demás etapas del proceso.
Los CLAP, sin exageración alguna, han resultado de una gran efectividad para enfrentar con éxito la guerra económica que la burguesía parasitaria libra contra todas y todos nosotros. Tan contundente ha sido el resultado mostrado que opositores, abiertamente contrarrevolucionarios, han permitido ser censados en el registro que culmina con la entrega de los enceres a muy bajo costo.
El ministerio de Alimentación y demás entes involucrados, deben intervenir inmediatamente. Se impone una auditoría pormenorizada a las fases del programa.
Como decía el desaparecido humorista Joselo: Pa´mí, no sé pa’ usted, el enemigo pudo haberse infiltrado para torcer el brazo a los CLAP.
¡Chávez vive…la lucha sigue!