Leímos hace pocos días, las declaraciones de un empresario Vasco radicado aquí en esta tierra, de cómo defendió nuestro país, publicando fotos de los supermercados en Venezuela. Tal vez hastiado de escuchar hablar de nosotros, a través de las redes sociales y los medios de comunicación en España cuando allá existen problemas terribles, de desahucios, desempleo y una hambruna, que ha sido provocada por la falta de atención y empeño del gobierno español hacia su pueblo. Pero que el pueblo español le pida cuentas a su gobierno, yo retomo el tema que me interesa del mío. El caso es que cuando escuchamos a este señor defendernos con aquella seguridad de lo que dice y además decir, que no se iría a pesar de haber sido amenazado, por haber tenido los pantalones de publicar verdades que propios ocultan, eso nos llenó de orgullo, porque significa que nuestra madre patria, lo ha acogido como uno de los nuestros, y hoy nos defiende como lo haría cualquier venezolano que ama su tierra. Pero a la vez sentimos profunda vergüenza. Vergüenza por tener que llamar compatriotas, a aquellos que están difamando nuestro país por el mundo. Los mismos que están pidiendo y hasta exigiendo que agentes externos intervengan en Venezuela, esos que han demostrado en más de una ocasión cuáles son sus intereses y sin embargo mantienen un discurso hipócrita que lastimosamente muchos todavía creen. Da dolor que un extranjero ame más nuestra patria que muchos de esos, que no sólo han ultrajado el nombre de Bolívar sino que han teñido nuestra bandera de sangre inocente, solo por llegar al poder, o sacar del medio al único gobierno que se ha metido en las catacumbas del pueblo, para ver de cerca los problemas que habían acumulado durante 40 años de gobiernos Adeco-copeyanos, todos cortados con la misma tijera.
Hoy se ufanan de hablar de una crisis humanitaria, de escasez, de hambre y hasta solicitando medicamentos están algunos en otros países, utilizando métodos sucios para pedir una intervención en Venezuela, y porque no han difundido la cantidad de veces, que se han encontrado laboratorios con medicamentos vencidos, o las veces que han sido detenidas personas con contrabando de medicinas, utilizaron la muerte de un niño con cáncer como bandera política, faltándole el respeto a él y a sus familiares, cuando tristemente ese es una enfermedad que ataca a cualquiera sin distingo de raza ni condición social, y que en muchos de los casos es irreversible. Y no solo aquí, sino a nivel mundial ¿Se habrán preguntado o sabrán la cifra de niños muertos por una simple diarrea en la época de la IV? Tanto por falta de medicamentos como por escasez de médicos que no respetaban el juramento hipocrático porque hicieron de su carrera un negocio .mercantilista, sin contar aquellos que vivían retirados en pueblos, campos y caseríos, no había médico en el pueblo, mucho menos en los campos. Y nuestros indígenas, olvidados, por los gobiernos y recordados y asediados por las calamidades, enfermedades y el hambre. No nos cansaremos de recordar quien le devolvió la vida a toda estas personas que estaban confinadas dentro de su propio territorio, y hoy hasta su lengua hemos aprendido. Tal vez estos políticos pensaban como los conquistadores, los indios no tenían alma, por tanto no tenían derecho a nada.
Hablan de la escasez de alimentos, pero no ha cerrado ningún supermercado, cuando hay una crisis la carencia es hasta de lo más mínimo, pero aquí extrañamente escasea lo que el pueblo humilde más consume, y tampoco dicen nada cuando descubren el acaparamiento o el contrabando, de alimentos, no escasea la carne, pero la tienen por las nubes, no escasea el queso ni sus derivados, no hay pan salado, pero las panaderías están repletas de dulces y todas las delicateses derivados de la harina de trigo ¿Entonces llamamos a eso crisis o guerra contra el pueblo?. Están atacando la zona más vulnerable porque a ellos no les falta nada. Ni alimentos ni medicinas
El señor Lorenzo Mendoza pide un préstamo según él, pero ¿Qué raro? No es para producir alimentos sino para producir cerveza, otra cosa muy extraña es que las veces que el gobierno ha hecho público la cantidad de dólares que le ha otorgado para la producción dentro del país, él señor Mendoza ni se ha inmutado para desmentirlo, dice no tener dinero para comprar materia prima, pero si tiene para hacer publicidad en canales extranjeros, usando sus empleados para que hablen mal del gobierno, cuando los segundos en televisión valen oro, y no es de forma hipotética sino literal, es así como van mintiendo por el mundo, y mientras tanto acorralan al pueblo humilde negándole el acceso a sus productos básicos.
Otra cosa importante que decía este empresario vasco en su declaración, era como se refería la elite de la burguesía con respecto a nosotros pueblo humilde LA GENTE FEA, y estoy segura que no mentía cuando lo dijo, porque siempre nos han identificado como el lumpen, los marginales, los renegados, solo faltan que nos digan públicamente los pata en el suelo, así lo dijeron cuando el caracazo que habían bajado los antisociales de los cerros Y si alguna duda de eso quedaba, pues la esposa de Henry Ramos Allup nos aclaró el panorama, en su entrevista en Globovisión. Cuando califica a la mujer revolucionaria, como mal vestida, sin maquillaje y sucia, y cualquier tipo de epítetos más que por supuesto no son flores para nosotras, pobre, no entiende que las mujeres trabajadoras y revolucionarias, nos sentimos orgullosas de ser participes de esta lucha si con eso le dejamos a nuestros hijos una patria libre y soberana, que nos sentimos dignas sudándonos con esfuerzo, el pan que ponemos en la mesa de nuestros hijos, que no estamos interesadas en ser objetos de lujo, sino en ser ejemplo de lucha y constancia. Y sobre todo que nuestros hijos jamás sientan vergüenza por lo que hayan hechos sus padres.
Por eso es que hoy más que nunca, ante está arremetida brutal que sufre nuestro país, debemos tener claro que es lo que la derecha está haciendo con nosotros, nos está utilizando como carne de cañón para lograr sus objetivos y luego desecharnos, porque si, tenemos una crisis grande, una crisis de poder, de ambición de antivalores, una crisis de abuso contra el pueblo al que sólo lo usan como objeto político, una crisis que no es humanitaria, sino inhumana una crisis que todavía no ha logrado doblegar nuestro espíritu rebelde y luchador.