Claro que en Venezuela con Chávez la democracia se renovó. Lástima que Maduro y su combo no asuman que es así y que su interpretación limitada de la constitución no les permita entender que los derechos políticos de los difuntos no prescriben con su muerte.
Sólo el limitado análisis de Jorge Rodríguez, dirigente del PSUV, le permite cuestionar que en la solicitud de referéndum a Maduro aparezcan 10.000 difuntos solicitando que Maduro deje Miraflores.
Lástima que muchos de los de la MUD, desde sus también limitadas interpretaciones del asunto, sean incapaces de defender con vehemencia el derecho de los muertos a solicitar el referéndum.
Aceptando que en la cuarta república los muertos siempre votaron, aunque siempre en el marco de la ilegalidad, ya que los adecos le dieron este derecho aunque nunca legislaron sobre el tema. Es inaceptable que una democracia como la nuestra niegue el derecho que tienen los cementerios a exigir el "Maduro vete ya" con la misma legitimidad con que lo hacen los vivos.
Le tocará al CNE regular el asunto quizás, eso podría discutirse en el seno de la MUD, para evitar que un mismo muerto firme más de una planilla, reconociendo que algunos muertos quieran pasársela de vivos. Pero lo que nadie podría negar es el derecho de los difuntos a expresarse políticamente.
Chávez que llegó a denunciar con insistencia en el pasado esa práctica de los muertos votantes, no se atrevería hoy a negar el derecho de los muertos de esta V república a ejercer sus derechos políticos.
Ya aparecerá en el escenario un necesario defensor del "ius mortuis" que le calle la boca a Jorge Rodríguez y a quienes del PSUV irrespetan la memoria de aquellos que habiéndose despedido del mundo terreno, han decido echarle una manito a sus deudos o para ser más precisos echarle una firmita para solicitar el referéndum en contra de Maduro.
Es importante aclarar que un derecho nos lleva al otro, el mismo derecho que tienen los finados hoy a solicitar el referéndum es el que tendrán de votar para que Maduro deje la Presidencia. Ya aparecerán los medios para que esto sea posible, seguramente el CNE habilitará centro electorales en los mismos cementerios para hacer más expedito el derecho que tienen nuestros finados difuntos a ejercer la democracia en este régimen que pretende desconocer los derechos de los que se han despedido de la vida.