Tal vez sea un lugar común y una frase que no va con lo que deseo expresar, porque ese "yo soy", me suena a no ser uno auténticamente.
Yo soy yo. Soy lo que he venido siendo y no me gusta diluirme en nadie, aunque esa persona en la cual quisiera diluirme, fuese ética, moral, política y humanamente un ser excepcional. Nada que ver con esa manía o pasión que sienten algunos y algunas de diluirse como un alka seltzer en una empresa en la cual no tiene ni un centavo.
Creo hoy, que Chávez estuvo magistral en aquella asamblea de la ONU (septiembre, 2006), en la cual, tuvo el valor de irse contra ese mundo que suele sentirse exquisito al lanzar esa frase, que ya era un discurso mejor y muy corto, dentro del emotivo y contundente discurso que ofreció ese día.
En esa oportunidad, Chávez dijo: "Ayer vino el Diablo aquí, ayer estuvo el Diablo aquí, en este mismo lugar. ¡Huele a azufre todavía esta mesa donde me ha tocado hablar! Ayer señoras, señores, desde esta misma tribuna el Señor Presidente de los Estados Unidos, a quien yo llamo el Diablo, vino aquí hablando como dueño del mundo"
Creo que en esa oportunidad, el mundo, menos un poquitico de gente, quiso o soñó ser con "yo soy Chávez". La humanidad, menos un poquito de personas que no califican como humanos, quisimos estar en ese momento ahí y diciendo lo que Chávez expreso en ese párrafo tan corto y contundente.
Este miércoles (15/06/2016) mientras oía una reposición todas las intervenciones de Delcy Rodríguez en la reunión de la OEA, sentí nuevamente esa necesidad de no ser yo (que es lo que me gusta ser) y colocarme en la humanidad de la canciller Delcy Rodríguez. Al oírla en verdad, sentí pena, mucha pena por las duquesas o encomenderas[i] Diana D' Agostino, María Corina Macho y Lilian Tintori. Al oírla, no dejé de proyectar en mi mente, parte de esa letra de la canción "Venezuela", que nos dice: Soy desierto, selva, nieve y volcán y al andar dejo mi estela". Delcy fue un volcán y dejó una estela, como Chávez dejó la suya en ese septiembre 2006.
Colocó en su sitio y con dignidad de venezolana, al monigote de Almagro, Delcy estuvo magistral. Le sacó la "cuentica" de los twitter que escribe sobre Venezuela y el porcentaje de esos twitter, respeto al total de los que envía. Sentí la necesidad de decir "Soy Delcy Rodríguez", que fue el mismo sentimiento que sentí, cuando Chávez dijo, "Ayer vino el diablo aquí". La diferencia es, que Almagro no llega diablo. Más bien es el excremento de ese diablo al que Chávez en ese septiembre, pero que muta en otros seres
[i] Como se recordará, los encomenderos tenían que cancelar a otro, un tributo por usar un bien o patrimonio. En este caso, los encomenderos y encomendaras de hoy en Venezuela, cobran algo por hacerle el trabajo a EEUU y a España.