I
Hoy es día del periodista
Se dio a conocer el ganador del Premio Pulitzer a la gráfica más osada del año. La gano el fotógrafo o fotógrafa que logró, después de un gran esfuerzo, plasmar la imagen de un grupo histórico en un salón de la OEA. Jamás un lente había captado una imagen que habla por sí sola. En mis largos años como periodista, no había visto imagen tan dramática, tan profundamente trágica. Todos eran venezolanos. Todos eran cultores de la conspiración política. Todos eran representantes de la IV República. Todos fueron a la OEA a mal poner a su país. O sea, fueron a pedirle a un señor llamado Luis Almagro que se apurara con la aplicación de la Carta Democrática, para que luego el imperio procediera a la invasión, porque los tiempos no les daban a uno de los señores del grupo. El jefe del grupo de insignes venezolanos eran: Henry Ramos Allup, presidente de la Asamblea Nacional, rodeado por Luis Florido, William Dávila, y aunque usted no lo crea, allí estaba la figura lúgubre de Rafael Poleo, sentado y con el rostro pétreo, como con ganas de llorar.
II
Rostros vestidos de fracaso
El ganador del Pulitzer este año 2016, capto en un 100 por ciento un rostro ajado y alargado, casi como un poema oscuro, del señor Ramos Allup. Sentadido como un niño regañado, esperaba lo que nunca llegó. ¡Qué drama! Florido, con mirada ida. Dávila, pensando en que unos ven a Venezuela con color a rosa, y otros con color a hormigas. Y Poleo… ¿Quién invitó a Rafael Poleo, a instalarse allí en el salón del olvido? O como diría un mal pensado, el salón testigo de la traición a un país. No sé. Pero pudiera ser que quiso ser testigo presencial de un fracaso anunciado. Jamás pensó el fotógrafo o fotógrafa que escalarían la fama, gracias al grupo cuyos rostros aparecían vestidos de fracaso. Una vez más, el chavismo los llevó al "matadero". La diminuta mujer luchadora y arrecha, la canciller de la dignidad, los sorprendió y los dejó como pajaritos en rama. Mirando para todos los lados, en un salón tétrico, y cuyos visitantes serían protagonistas de ofensas a los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana, en el aeropuerto de Maiquetía en donde arribaron bravos por el chasco que les había hecho pasar la canciller de la dignidad… ¡Volveré!
