La semana que transcurrió marcó el principio del fin de las apariencias, en quienes comandan las estrategias opositoras. La contundencia de cada uno de los éxitos de los eventos legales puestos sobre la mesa de la institucionalidad, les dio hasta en la cédula a quienes desde la acera de la mentira engañan a sus propios seguidores y a cierta parte del mundo, gracias al pérfido manejo de redes mediáticas en general.
La victoria constitucional la inició el martes Tibisay Lucena, desde el CNE. Magistralmente demostró que el Referéndum Revocatorio (RR) para 2016 no va, por torpezas propias de quienes solicitan su activación. Nadie chitó.
Siguió la faena un grupo de empresarios, de reconocida posición dentro del mundo capitalista venezolano. Un día después de Tibisay, emitieron un documento en el que evidenciaron que botan tierrita y parecieran querer andar por su lado, separándose de la MUD y sus cómplices, al menos en esta ocasión. Del RR, no dijeron ni pío.
El jueves, Nicolás Maduro y Juan Manuel Santos acordaron reabrir la frontera, sin comerle presión a nadie. Se hizo en los términos que ambos decidieron, dejando colgados los deseos empreñados de políticos de tribuna achinchorrados en la derecha.
El viernes, el Presidente decretó un aumento salarial jamás visto, cerrándole el pico a quienes a diario cacarean que el país está en la bancarrota, mientras que el sábado el ministro del Poder Popular para la Planificación, Ricardo Menéndez advirtió que el poder adquisitivo será incrementado cada vez que los especuladores intenten hacer de las suyas. Pura soberanía política, pues.
Derrotadas las apariencias legales que mencionamos al inicio, solo les queda el atajo violento que ni sus partidarios desean y en donde también saldrán con las tablas en la cabeza, incluyendo el fulano Primero de septiembre donde la bulla será más que la cabuya.
¡Chávez vive…la lucha sigue!
