La rectificación es propia de sabios, reza una conseja popular. Los periodistas no podemos hacernos los sordos frente a esta realidad. El Colegio Nacional de Periodistas (CNP) hoy en manos de quienes nada tuvieron que ver con las batallas que dimos desde la gloriosa Asociación Venezolana de Periodistas (AVP), para cristalizar ese sueño gremial, tiene que ser rescatado para reivindicar su esencia patriótica revolucionaria y antiimperialista que tuvo como génesis el calor de las luchas en defensa de la libertad de expresión y del pensamiento, la dignidad del ejercicio profesional y sobre todo la verdad, frente al fascismo de la IV República, cuyos líderes fueron fieles herederos de Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez, como enemigos del periodismo.
Una visión equivocada y hasta carente de análisis profundo de la realidad, nos llevó a desechar la participación en las elecciones del Colegio Nacional de Periodistas, ofreciéndolo en bandeja de oro al fascismo, que lo está utilizando para sus fines aviesos.
Quiérase o no, el CNP es un instrumento de peso en el campo de la formación de opinión en el país y mucho más en el ámbito internacional, donde existen gremios hermanos, que por solidaridad dan por sentado que lo que diga esa organización es cierto, por los antecedentes históricos que tiene como institución defensora de los derechos humanos, de la soberanía nacional y sobre todo los principios éticos y morales en el ejercicio de tan digna profesión,
Quienes tuvimos el honor de ser fundadores de esa trinchera de lucha antiimperialista y defensora los derechos fundamentales de la humanidad, no podemos menos que rechazar el uso que le están dando quienes están usurpando la vocería de ese gremio que cuenta con mas de 70 mil afiliados de los cuales ni el diez por ciento sufragó en el espurio proceso en el cual se auto proclamaron como directivos, sin ninguna legitimidad.
El CNP, como organización gremial, no puede estar jamás al lado de quienes promueven acciones criminales, como las del 11, 12 y 13 de abril de 2002, de febrero, marzo y abril de 2014 y que ahora quieren reeditar este primero de septiembre. El Colegio Nacional de Periodistas, tiene que volver a ser el instrumento de lucha para la defensa del respeto a la soberanía de la patria y sus símbolos, del respeto a la dignidad y decoro del pueblo y de la ética en el ejercicio de la comunicación social, como derecho universal. Por todo esto y muchas consideraciones más, rescatemos el CNP de manos del fascismo.