Los CLAPS, y las medidas económicas transitorias, instrumentadas por el Proceso Revolucionario, para tratar de contener la crisis económica existente, derivada de multiples factores como son: la caida brusca de los precios petroleros, fallas en la producción de rublos alimenticios y de otro tipo, debido a políticas herradas cometidas por el gobierno y que deben corregirse, además de la guerra económica declarada por EE.UU y sus aliados en contra del Gobierno de Venezuela para apoderarse de sus riquezas y ejercer su dominación.
Es bueno aclarar la confusión que quieren crear los detractores de la política humanista del actual gobierno,en lo que se refiere ayuda social y limosna. Y es que solamente en el espíritu de los que no quisieron ver, ni oir, ni sentir, puede caber la interesada y deliberada intensión de crear tal duda. Para los que acusan, bueno es recordarles que la ayuda social que ahora se practica nada tiene en común con la de antes. No llega a manera de limosna como caso excepcional, ni tiene antifaz de pensión graciosa . No se hace presente para quebrar la moral de quien la recibe.
La ayuda social de antes , en la IV república, se otorgaba en pequeña escala con carácter de limosna y, en general, en gran escala, para apuntalar la supervivencia de una clase explotada y que estimulaba, por esa razón, la lucha de clases.
Alejandonos de la polémica, al tratar este tema. Diremos entonces, lo que entendemos por ayuda social y lo que entendemos por limosna. Pero advierto que deliberadamente he dicho que nos alejaremos un poco de la polémica.No del todo, porque la polémica es una forma de lucha, de combate. Y en esto también hay que combatir, hay que luchar. Hay que afrontar la critica para defender la verdad y la justicia. No negamos la limosna como principio cristiano. Ello sería negar a la cristiandad misma. Allí donde aparece una necesidad, es imprescindible cubrirla bajo cualquier forma. Pero aspiramos, y a esto deben aspirar todos los hombres del mundo, a que la limosna no sea necesaria.
La felicidad de un pueblo, en cuanto a sus medios de vida se refiere, se logra con una adecuada legislación en materia de justicia social, y una equitativa distribución de la ayuda social como lo esta haciendo el Proceso Revolucionario.Porque resulta innegable que ésta es complemento de aquella. La justicia social juega en el orden de los seres aptos para el trabajo, puesto que en lo que dejan de serlo, ya sea por accidentes, por enfermedad o por causas que la ley contempla, no quedan jamás desamparados. La ayuda social, en cambio , va dirigida a otro sector humano, que el Estado y la sociedad no pueden ni deben ignorar. Es un deber de solidaridad humana que supera todo prejuicio. No reconoce fronteras, razas ni religiones. Apuntala y preserva el derecho de vivir para aquellos por razones de edad, por causas de enfermedad o por incapacidad física, no aptos para el trabajo. Es la habitación, el vestido, el alimento, la medicina para el enfemo que no está capacitado para el trabajo y que no pudo adquirirla. No es limosna. Es simplemente solidaridad humana.La ayuda social como se practica ahora, viene como consecuencia de un proceso debidamente madurado. Está metódicamente organizada. Tiende a restituir a la sociedad a los que el destino y los malos gobernantes apartaron de ello. La ayuda que llega , que se suministra racionalmente, previo examen de las condiciones de vida del que la recibe , protege y estimula. La limosna, dada para satisfacción de quién la otorga, deprime y aletarga. La ayuda social honestamente practicada, tiene virtudes curativas. La limosna prolonga la enfermedad. La ayuda social mitiga necesidades y restituye a la sociedad, como elementos aptos, a los descendientes de los desamparados. La limosna es accidental. No tiene método ni meta. Y sobrevive en nuestros tiempos, en nuestro medio, porquen algunos sectores necesitan ejercitarla, entendiendo que así lavan culpas en la puerta de una iglesia.