Mientras la O.N.U se sigue reuniendo para hablar incesantemente sin ofrecer soluciones vinculantes efectivas, o aprobando resoluciones que nadie cumple, en especial las grandes potencias, y la F.A.O nos advierte de las inevitables hambrunas que amenazan a nuestros pueblos, sobre todo y como siempre a los más pobres. Mientras la "indispensable" nación gringa debate sobre cuál de los dos villanos llevará a cabo el aniquilamiento del planeta y el oso ruso retira a todos los familiares de sus diplomáticos y al personal no indispensable de sus embajadas en occidente, mientras los pueblos de oriente medio continúan sufriendo la muerte y la miseria de las guerras impuestas por los gobiernos occidentales y su socio criminal, el otro pueblo "elegido" de Israel. La gran mayoría de los seres humanos seguimos idiotizados, anestesiados en un extraño sopor que al parecer no nos permite levantar nuestras voces, ni emprender acciones en conjunto para detener esta locura que nos arrastra a un desastre casi inevitable.
Como idiotas seguimos consumiendo vainas que no necesitamos, creyendo que en eso consiste la felicidad, como idiotas creemos que solo valemos cuanto más posesiones materiales tenemos, y como borregos seguimos obedeciendo las ordenes de una industria propagandista que nos dice como divertirnos y vestirnos, que comer y beber, que drogas usar, como pensar, por quien votar, y a quien entregarle las riendas de nuestros países para que las elites nos sigan explotando.
Cualquier intento de rebelarse contra esta tiranía global de las nuevas fuerzas feudales es vilipendiada, acusada de cualquier barbaridad por medio de guerras mediáticas que manipulan la verdad, y si los culpables de esta rebelión no se amansan y se dejan someter , son atacados violentamente con guerras económicas , terroristas y finalmente la guerra más temible de todas ,la que se ampara bajo el manto de" guerra humanitaria",! Vaya usted a saber qué carajo puede haber de humanitario en una guerra!
En el siglo veinte la así llamada "revolución verde nos prometía un mundo sin hambre, un planeta en abundancia, y la revolución tecnológica nos encandiló con sus promesas de la liberación del trabajo y tiempo libre para disfrutar de sus maravillas, pero lo que recibimos en cambio fue un mundo esclavo de esa tecnología supuestamente liberadora y un planeta agobiado y enfermo por los terribles efectos de los fertilizantes químicos, los herbicidas y pesticidas sintéticos. El monocultivo, la agroindustria y la cría intensiva de ganado y todos esos milagros que si en algo aumentaron la producción, esto solo sirvió para que fuera consumida compulsivamente por unos pocos y desperdiciada en inmensas cantidades. Erosión, suelos degradados, contaminación, agotamiento de los recursos hídricos han sido el resultado de los intentos de "revolucionar "la agricultura, que fueron incluso premiados con algún que otro premio nobel
Las semillas y los alimentos genéticamente modificados, lejos de reducir el hambre, han creado monstruosos monopolios que hoy carterisan precios, someten, hambrean y llevan al suicidio a cientos de miles de campesinos, además de incrementar el envenenamiento continuo de los seres humanos y el medio ambiente en general.
De igual manera la corrupción, los malos manejos y el fraude generalizado en la economía internacional, nos han llevado a una crisis sistémica de la cual es ya casi imposible escapar y en la que los únicos beneficiados son los mafiosos de la elite financiera internacional. En medio de todo esto, seguimos hipnotizados con nuestras pantallitas y pantallotas, consumiendo y contaminándonos más y más con el veneno de la mala cultura hegemónica de un capitalismo corrupto que solo beneficia a unos pocos.
Quizás no exista una solución para lo que parece ser un callejón sin salida en el que se ha metido la humanidad, quizás sean necesarias muchas soluciones diferentes que vayan desmontando poco a poco la homogeneidad alienante y el totalitarismo que se han venido instaurando durante siglos. Algunos seguimos pensando que estas soluciones deben venir de los pueblos, y si investigamos un poco, ya están apareciendo, brotando espontáneamente como honguitos alucinógenos en diferentes parajes, campos y ciudades. Vemos los esfuerzos de los hermanos zapatistas para construir su nuevo mundo donde "quepan muchos mundos", aldeas y comunas agroecológicas comienzan a consolidarse en Colombia, Venezuela y en muchos países de la vieja Europa. Más y más se siembran huertos y terrazas en las grandes ciudades y se hacen esfuerzos por volverlas más humanas, la gente comienza a darse cuenta de la inviabilidad de las grandes metrópolis capitalistas y vuelven a pensar y soñar formas de regresar al campo. Nuevos tipos de energía se popularizan, nuevas formas de intercambio más solidarias van poco a poco manifestándose en todos los niveles de la sociedad.
Tomará tiempo y trabajo, pero tenemos la esperanza de que no somos en verdad una raza de idiotas, la esperanza y el deseo profundo de poder ser nuevamente parte de un todo en evolución constante, de una variedad infinita y perfecta, si alguna vez existió un pecado original, fue separarnos de esa madre naturaleza y sentirnos mejores y superiores a todo lo demás.
Nuestro paso por este planeta es sumamente corto, la vida es solo una breve canción, hagámosla una canción de paz, belleza y armonía!