En estos días apareció en las redes un video donde el PRESIDENTE bailaba salsa con la primera dama de la república. Las críticas no tardaron en llegar por parte de la gente, que como se le ocurría bailar con esta situación, que no hay razones para hacer esas cosas, entre otros argumentos.
Yo difiero en parte con esas críticas. Y les digo porque, ciertamente no hay razones para estar muy contento por estos tiempos que vivimos es verdad, también me sumo a las voces que no están de acuerdo con la bailadera del mandatario, pero los motivos de la felicidad de Nicolás Maduro son otras que la situación del país.
Analicemos esto. El Presidente Maduro es quizás el político más impopular de Venezuela según los sondeos de opinión, no posee una gestión de gobierno que mostrar ante el país, más que las ruinas que conocemos y padecemos todos los días, ha logrado mediante tretas judiciales mantenerse con vida políticamente hablando, recientemente logro frenarle el revocatorio a la MUD sabiendo su inminente salida.
Ante la anulación del revocatorio se le profundiza la crisis política y el gobierno cae en terapia intensiva, el presidente hace su jugada y recurre al vaticano consiente de la gran influencia de la santa sede.
Gracias a esta jugada política logra sentar a la MUD en la mesa. Los opositores no les queda de otra que asistir al llamado del diálogo, desactivan todos su agenda para presionar a Maduro, los adeptos a ellos se molestan por esos cambios, de manera que antes todas estas maniobras insólitamente el gobierno sale ganando, y la mesa de la unidad democrática queriendo o sin querer revivió a un políticamente difunto Nicolás Maduro, razones de sobra tenía el Presidente para bailar salsa, que les puedo decir ¡ASI ESTAMOS¡
