Ayer miércoles 7 de febrero de 2018, fue un día “noticioso” en Venezuela, ya que ocurrieron múltiples acontecimientos políticos, que van a marcar la pauta en el quehacer nacional para los próximos meses en la ya agitada y convulsionada polarización política en el territorio nacional y para el lamentable y peligroso injerencismo que hay sobre nuestra patria…
El CNE convocó a elecciones presidenciales para el próximo 22 de abril, y un sector de la oposición que estaban presentes en República Dominicana, no firmó “el acuerdo que ya estaba acordado”, y el sector gubernamental que asistió, no sólo firmó “el acuerdo político”, sino que además, el presidente de la república, lo suscribió y se comprometió al cumplimiento de lo previamente acordado…
Me gustaría comenzar por una situación vergonzosa y descarada, y fue la belicosa y amenazante visita que hizo el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, por algunos países suramericanos gobernados por la derecha, quien buscó apoyo y solidaridad a nuevas formas y métodos de presión para desalojar al chavismo del poder político en Venezuela.
Indudablemente que esa gira realizada por un genuino representante del poder político y económico estadounidense, ya que no se sabía si sus amenazas las realizaba como secretario de Estado o como representante de La Exxon Mobil, afecto e influyó de manera determinante a que “una parte de la oposición” no firmara el acuerdo de coexistencia pacífica con el gobierno, en la que pareciese que el verdadero protagonista en la mesa de negociación eran “las llamadas” estratégicas desde el exterior para dar instrucciones a sus asalariados opositores…
Algunas lecturas que se pueden adelantar sobre la actitud de las marchas y contramarchas de los negociadores escualidistas, son: 1.- No tienen poder autónomo de decisión, ya que para actuar necesitan el consentimiento del poder imperial (las famosas llamadas) y los que financian sus viajes y logística 2.- Fueron a negociar, sólo para no llegar a ningún acuerdo y venderle al mundo que en el gobierno no hay talante democrático y solo desean acabar con la oposición e imponer una dictadura, 3.- Es evidente la existencia de divisiones internas en el sector opositor, que impide que entre ellos mismos se pongan de acuerdo en el como y el para que de un diálogo, 4.- Era demasiado incoherente y contradictorio que esa parte de la oposición que fue a dialogar en la cancillería de Santo Domingo, firmaran un acuerdo, cuando El señor Tillerson, anda hablando de intervención militar y embargo petrolero contra Venezuela…
Ahora la realidad concreta es que por un lado el imperio seguirá buscando el mecanismo para desalojar del poder al Presidente Maduro y por el otro lado, ya tenemos fecha y cronograma electoral, en la que la oposición ataca de manera innoble al sistema electoral venezolano, con el mismo CNE, que les garantizó la contundente victoria que obtuvieron el 6 de diciembre de 2015…
El laberinto en que está metida la oposición política es que ahora tienen poco tiempo para ponerse de acuerdo en el método para la escogencia y quien va ser su candidato presidencial, si van a tener uno o varios candidatos presidenciales, si en realidad van a participar en las elecciones o una parte de la oposición se inclina por la abstención y tratar de dejar sólo al candidato-presidente Nicolás Maduro en la carrera presidencial para el 22 de abril…
El dilema existencial de la oposición es: o apoyan a que venga una intervención militar o participan en el proceso electoral…o ambas