El tema político en este país está tan degradado y polarizado, que tuvimos que recurrir al Vaticano para ver si por un milagro nos entendemos. Pues parece que ni la Santa Sede ha podido con los demonios políticos que andan por estos lares.
Lamentablemente los sectores que están sentados en la mesa, Ambos son prisioneros de los sectores más radicales, que tristemente son los que tienen la última palabra en este bochinche, por el lado de la Mesa de la Unidad tenemos a los sectores recalcitrantes representados en María Corina Machado y su combo, y por el lado del gobierno, nada más y nada menos que el más ultra radical chavista Diosdado Cabello, que en más de una ocasión ha manifestado su desacuerdo con el diálogo.
Si estos actores que están en la mesa de diálogo no le ponen un parao a sus cavernícolas de ambos lados no hay consenso que pueda tener éxito. El caso más patético que se vio esta semana lo protagonizó el alcalde de sucre Carlos Ocariz, quien seguramente moderando el lenguaje en harás de bajar la retórica no le llamó presos políticos, sino detenidos políticos, a los que están en estos momentos privados de libertad, bueno eso le bastó para que lo mandaran al paredón.
Y por el lado del gobierno, quien quiere avanzar un poco más, pero tampoco puede porque tienen detrás al súper poderoso Diosdado Cabello y su combo atento para sabotear cualquier avance, solo basta ver su programa con el Mazo Dando y darse cuenta la voluntad de diálogo de este dirigente, puras ofensas, sapos y culebras.
Por el otro lado el choque de poderes. Los opositores disparando desde la Asamblea y Nicolás Maduro respondiendo desde la muy "independiente "Tribunal Supremo de Justicia, con la que el gobierno se blinda, así como están las cosas veo la mesa de diálogo moribunda, si ese intento fracasa, pues preparémonos porque lo que viene es CANDELA, ¡BUENO ASI ESTAMOS¡