Lucha por el poder

El clima político en Venezuela luce cada vez más intenso. Los dos bloques adversos (gobierno y oposición) están sentados en una mesa de diálogo, hacen esfuerzos de tolerancia, proponen concesiones políticas en medio del verbo álgido, encendido, ofensivo. La posibilidad de lograr soluciones concretas a la debacle del país parece una quimera, pues, mientras unos afianzan sus objetivos para tomar el poder, otros activan todos los mecanismos para no perderlo.

El gobierno nacional se ha mantenido estable, en gran medida, la torpeza que exhibe la derecha opositora, es una ventaja para los primeros. Una oposición que pierde sistemáticamente oportunidades de posicionarse contundentemente en la estructura política, sin liderazgo, le hace falta convocatoria efectiva de las mayorías.

Desde el ejecutivo nacional dirigido por el Presidente Nicolás Maduro y el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), se mueven todos los resortes para contrarrestar los embates y críticas a la gestión de gobierno y tratar de disminuir el impacto de la grave situación socio-económica que ha desmejorado, de manera evidente y preocupante, la vida de una gran parte de los venezolanos. Profesionales y trabajadores que pierden el poder adquisitivo de sus sueldos y salarios, empobreciéndose aceleradamente.

El tardío llamado a la producción desde el alto gobierno, después de diecisiete años conduciendo los destinos del país, indica que el proceso político actual no superó el rentismo petrolero y se avocó a importar los bienes de consumo, repitiendo la historia de la cuarta república, excepto que durante la gestión del gobierno bolivariano, las divisas generadas por la venta de petróleo, en algún momento, permitieron aliviar el costo social de voracidad del capitalismo. La agricultura de puertos se consolidó por encima de la capacidad productiva, ocasionando la inflación importada de otros países.

El problema es fundamentalmente político, a los dirigentes del gobierno y de la oposición se les olvida la calamidad que padece el pueblo de Venezuela y se ocupan principalmente, de crear las condiciones de un nuevo escenario electoral para repartirse el poder y seguir disfrutando de las bondades de la renta petrolera. Mientras tanto, el discurso va por otro lado, muy lejos de la realidad de la ciudadanía sometida a un calvario diario para poder sobrevivir. No hay nada nuevo bajo el sol, Venezuela sigue siendo manoseada por los corruptos y la burguesía.

"Hay un modus vivendi instaurado, que busca minimizar el costo social de la acumulación capitalista". Amanecerá y veremos.



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Orlando Balbás

Prof. en Ciencias Sociales. Magister en gerencia educativa. Jubilado del MPPE.

 orlandobalbas27@gmail.com      @orlandobalbas

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