En medio de esta guerra económica, las batallas han sido muchas. Ver al Presidente Maduro lidiar con los grandes desequilibrios entre la economía y las necesidades sociales, es reconocer en él a un verdadero estratega, aunque a mucha gente duela. Sus salidas han sido hacia adelante, lo que produce fatiga en el adversario hasta dejarlo exhausto y dispuesto a seguir caminos cada vez más absurdos y erráticos. El golpe del domingo fue exactamente el producto de una de las avanzadas más famosas de la historia de la estrategia bélica. ¿Quién hubiese sospechado que en San Antonio, Puerto Páez, Santa Elena de Uairén o Tumeremo, justo en medio de la corrupción más profunda, estaban las paredes cavadas de la última trinchera en donde caerían los bandidos de frontera?
Embriagados por el dinero fácil de la extracción de papel moneda, capitanes como DolarToday fueron empujando a su gente hacia imaginarios campos de triunfo; cuando en realidad, Nicolás Maduro les esperaba en el sitio de la emboscada al otro lado de la frontera. Los bandidos de las finanzas nacionales e internacionales cayeron mansos, agotados, borrachos de codicia y sin fuerzas morales en la insospechada operación relámpago de cierre de fronteras sobre ya imposibles adversarios; éstos quedaron "ciegos y sin vista", limpios y endeudados, burlados y jodidos. En Caracas quedó un resto de ejército contrario a Zamora, imaginando "nuevas y brillantes salidas", entre las que ya se cuenta la de hoy, referida al abandono de cargo del Presidente, por la posibilidad de que un ovni lo secuestre.
Parecen tontos.
¡¡Venceremos!!
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