A veces provoca devolverse en el tiempo y soñar como cuando niño; cabalgar en caballos de escoba y jugar con muñecos de madera, volando entre las ramas de los árboles: imaginar que no hemos crecido, todos estos cambios de hoy son producto de mi arcaica imaginación, que no acepta, porque se puedo en pasado y ahora inventa malos para ser bueno en un juego de adulto y verdad.
Pero con los valores sembrado, sigo creyendo que todos los que crecieron conmigo, siguen siendo esos mismos que con principios de nuestros antepasados nos hicimos camaradas; hasta que las deformación nos separaron; pero vamos a volver, porqué seguimos con la misma LUCHA.
A veces me provoca que la Navidad sea como cuando niño, para pasar 365 días esperándola; aunque al niño Jesús no le de tiempo atender mi pedido: volver a esa emoción que sentía cuando llegaba la familia a reunirse en casa de la abuela y sólo tus primos tenían juguete; sin embargo eras feliz jugando con ellos, porque sentías que también eran tuyos y ver el mismo nacimiento del año pasado, pero era distinto algo lo diferenciaba; probablemente es que estaba creciendo y todo se debió a tener un año más y lo veía distinto.
Algo en mi Navidad me hizo crecer con lo tradicional; llevandole parranda a mis abuelos: no tocaba ningún instrumento, pero acompañaba a los que tocaban y seguía por todo el vecindario hasta caer borracho del cansancio, era sólo un niño.
Los tiempos son así: hay valores que se van tras lo moderno y te dejan bailando en un tuzero, dónde no se hace fácil agarrar ritmo, que en aquel tiempo era una parranda; pero en tiempo de niño todo es hermoso y más si es navidad.
Una navidad debe ser como esa que tenía de niño; donde jugar con el amor era un regalo y las luces que brillaban parecían la de un cielo estrellado, donde la felicidad no era un juguete impuesto en televisión con un pago de sufrimiento para unos padres que hoy no saben como hacer feliz a sus querubines, porque unos ladrones se robaron los sueños.
Ya no somos niños y podemos entender que nos quieren robar los sueños; hay terroristas que pertenecen a otra cultura y no saben que conocimos dificultades y aprendimos en tiempos duros a saber que aunque no llegué Santa, jamás podrán romper nuestro sueño y aún sin Navidad, no dejaremos de seguir construyendo, porque PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS Y HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
SIN PATRIA NO QUIERO VIDA.
HAZTE CONCIENCIA.