En cifras redondas, apoyado en lo afirmado este domingo por el presidente Nicolás Maduro, Venezuela recuperó cinco mil millones de billetes de 100 bolívares, llevando a 80% la capacidad de manejo de ese dinero que por las razones consabidas había bajado ¡al 2%!
Lo vivido esta semana y observado en gráficas que han circulado por diversas vías –incluyendo las alocuciones del Jefe de Estado- toneladas enteras de papel moneda fueron llevadas al exterior de forma impune, lo que me lleva a pensar en el control de cambio y opinar que por ahora debe mantenerse.
La razón es muy sencilla: si estos diablos fueron capaces de robarse los billetes -que es algo fácil de detectar y en donde seguramente hubo complicidad apátrida-, imaginemos ¡qué no harían con la divisa gringa!
La razón, como la anterior, es igualmente llana: usarían medios electrónicos para vaciarnos la botija. A través de transferencias bancarias, desangrarían nuestras cuentas en dólares para debilitar a la Revolución Bolivariana por cuanto de esa moneda depende aún –lamentablemente- nuestra capacidad de obtención de buena cantidad de productos y rubros necesarios para múltiples actividades gubernamentales. Sin divisas, no habría importación y sin importación no habría cómo satisfacer algunas necesidades del pueblo y si no se satisfacen esas necesidades, el pueblo se molesta y no vota por el socialismo. Algo así como que dos más dos son cuatro.
Hay que recordar que cuando el Comandante Hugo Chávez dictó la medida del control de cambios en el año 2003, lo hizo para evitar la fuga de capitales que buscaba derrocarlo luego de fracaso el golpe de Estado del 11 de abril del año anterior.
Visto lo sucedido con el popular marrón, a mi juicio no hay discusión: la medida debe mantenerse hasta que contemos con controles que garanticen que la liberación de esa moneda no implicará un nuevo atentado contra nuestro modelo político y social.
¡Chávez vive…la lucha sigue!