Como lo veo lo escribo N° 230

¿Pueblo indigno o país de extranjeros!

En un reciente escrito, no definí el significado de "pena ajena", porque para mí era muy simple, ver como nuestra Patria se pierde, en manos de unos dirigentes que dan vergüenza; y sentir como la verdad y las buenas intenciones se estrellan contra ese cristal formado por la ambición, la envidia, el egoísmo y la ignorancia; sobre todo esta, que impide ver o aceptar la realidad que nos golpea y como no somos capaces de defenderla, contra propios y extraños que se olvidaron o nunca supieron el significado de Patria y el sentir por lo nuestro.

Sí, me da pena ajena ver tantos intelectuales eminentes y con credibilidad manifiesta, dejar que a su pueblo lo manejen a través de la mentira y el engaño, y no traten por lo menos de darle una orientación honesta, que llame a la reflexión sobre lo que significa reclamar sus derechos. Por allí el compatriota Brito García, escribió sobre Fidel y me parece que se le paso por alto referirse a como manejo el comandante las situaciones difíciles; si sus compañeros cumplían con su misiones y si el pueblo adquirió conciencia; aunque esto lo confirmaremos más adelante y veremos si Fidel logró ese cometido y el pueblo cubano mantiene su dignidad, lamentablemente el comandante Chávez, no pudo alcanzarlo y sus herederos se muestran incapaces de continuar ese legado.

En esa "Pena ajena", no me referí directamente a ese pueblo que soporta, por varias circunstancias, que su patria sea mancillada. No lo hice porque en este pueblo, del que formo parte, existen mujeres y hombres que se enardecen ante el poco entendimiento y la gran pérdida de valores que estamos transitando actualmente. Pero no queda otro remedio que considerarnos en lo general como un pueblo indigno, claro nadie nos juzga porque cuantos pueblos podrían decir lo contrario, tal vez Cuba y en poco tiempo Bolivia y Ecuador, si siguen escuchando el sentir de su gente. Les recomiendo leer el artículo "Me critican porque no escribo cosas buenas sobre el gobierno…", de Sergio Giménez, http://www.aporrea.org/actualidad/a239181.html

Porque solo un pueblo generalmente indigno puede permitir que un país, privilegiado por todos lados, este en la decadencia. Para mí los grandes culpables han sido mucho de los intelectuales, que se rindieron ante la desidia de un pueblo manejado y llevado como un rebaño por los conductores del mundo. No fueron capaces de hacer reflexionar a un pueblo ante un posible mal gobernante, un decreto perjudicial o una ley injusta. Dejaron que el mandato constitucional en sus primeros artículos del 1 al 7, pasaran desapercibidos o terminar en letra muerta; para seguir pisoteando la aprobación del pueblo al que no le dejan comprender que esta siendo usado, comprado y convertido en traidor a la Patria, al permitir que no se le consulte, como lo declara el artículo 5, que en su final dicta "Los órganos del estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos", hoy los órganos del estado hacen lo que quieren sin contar con el ciudadano, ejemplos hay muchos que confirman esta triste verdad republicana.

Muy bien lo describió un articulista, con el que estoy pocas veces de acuerdo, "El problema es que somos bobos", en el cual propuso una acción que deberíamos tomar el pueblo todo , como es el "boicot" contra los que atentan contra la Patria y su Pueblo y poder recuperar el respeto que perdieron los gobernantes actuales; que por un similar problema, dejamos que los impusieran a dedo, quedando el pueblo muy pronto como borrego en los corrales de la MUD y el PSUV, olvidándose de la Patria Grande; y es mucho mayor la boberá en aquellos disciplinados y aleccionados con la doctrina de Bolívar, que no levantan la voz para hacer valer su legado y permitan con su actitud silente, que continúen manoseando y mancillando a nuestra hermosa, privilegiada y querida Venezuela.

¿Y si no es indigno el Pueblo, será que es este un País de extranjeros!

Buscando las razones del desamor que los ciudadanos le tienen al país; demostrado por la indiferencia que mantienen ante la situación que nos aleja de las virtudes y nos acerca al debacle, me pregunto ¿en que manos se encuentran la mayoría de los negocios y empresas del país?; la respuesta salta a la vista, y me trae al presente la Carta de Jamaica donde Bolívar dice:

"¡Cuán diferente era entre nosotros! Se nos vejaba con una conducta que además de privarnos de los derechos que nos correspondían, nos dejaba en una especie de infancia permanente con respecto a las transacciones públicas. Si hubiésemos siquiera manejado nuestros asuntos domésticos en nuestra administración interior, conoceríamos el curso de los negocios públicos y su mecanismo, y gozaríamos también de la consideración personal que impone a los ojos del pueblo cierto respeto maquinal que es tan necesario conservar en las revoluciones."

La historia nos cuenta como los pueblos originarios desconocían el comportamiento de los imperios extranjeros, de sus costumbres y ambiciones, de cómo a través de ellas ocasionaban un daño irreversible a sus naciones, que luego extendieron a la nuestra, cuando en búsqueda de otros caminos se toparon con un nuevo Continente que saciaría su sed de poder y de lujuria. Sí, a nosotros llegaron cargados con diferentes ideas y grandes vicios; nuestros originarios se impactaron con los gigantescos barcos, la vestimenta de sus tripulantes y sus armas de guerra, y los recibieron sin percibir que aquellos no los veían como iguales, y su asombro era más que todo por los adornos en oro y en perlas, que les hacía imaginar las inmensas riquezas que obtendrían.

Pero hay algo en nuestro espíritu, que hace exaltar la querencia por lo nuestro y pronto nos dimos cuenta del engaño y cuando regreso el descubridor no había quedado uno solo de su delegación. La animalidad se mostró, y el que no aceptaba el espejito era sometido por la fuerza y si se revelaba perseguido y extinguido para siempre. Con lo que nunca contaron los conquistadores, luego los colonizadores y en la época actual los apoyadores de la IV república, es que por la sangre latina corre y correrá por siempre genes cargados de libertad y de justicia. Genes tan poderosos que lograron y logran contagiar a algunos nacidos en el país, a pesar de contar con padres extranjeros o alguna descendencia de esos grandes imperios. Ejemplos hay muchos pasados y presentes, religiosos, militares y civiles seres que han dado la vida por la Patria y su Pueblo desde el momento que reconocieron que la amaban tanto como sus pobladores originarios.

Pero "más pudo el interés que el amor que le tenían" porque esta amor se cultivó con dadivas, engaños y traiciones; lamentablemente ha triunfado nuevamente el vil egoísmo, como se repite en nuestro Himno Nacional; personalmente, cuando lo canto, trato de aclarar esa estrofa a mi manera: Abajo cadenas/gritaba el señor/y el pobre en su choza libertad pidió/ a este santo nombre tembló de pavor/ que al vil egoísmo otra vez venció.

Es decepcionante ver como gente que durante muchos años saco provecho del país hoy lo abandona por diferentes razones, unos no aguantan el sacrificio de disminuir sus ganancias, otros son incapaces de reconocer la soberanía y se solidarizan con las transnacionales en la búsqueda de quebrar nuestra resistencia: pero en total nunca trasladaron sus conocimientos a sus trabajadores; aunque si le inocularon los vicios para anularlos como futuros empresarios.

Hay muchas razones que nos impide realizar los sueños bolivarianos, sueños definidos dentro de una frase "lograr la mayor suma de felicidad posible"; una de ellas quizás la más fuerte es la que ejercen aquellos que se creen dueños del país y no un integrante más; son los que sin ningún desparpajo te dicen, ¡si no te parece justo vete a otra parte o confórmate con lo que te ofrezco! O que te tratan bien mientras se establecen y luego te tratan como perro o delincuente. Para ellos Bolívar fue un traidor a su clase y un loco porque renunció a su fortuna; por lo tanto será difícil lograr algo con estos extranjeros mientras no le hagamos entender su errático comportamiento.

Aclaro, si hace falta, que mi pensar está muy alejado de la xenofobia y más cerca de la razon; que nos indica como obligatoria la defensa de nuestro hábitat contra todo aquel que pretenda mancillarlo como lo están haciendo en el Esequibo, en el Zulia, en la faja del Orinoco, y como lo harán las transnacionales mineras en más del 12% de nuestro territorio, sin una consulta nacional, es decir, sin tomar en cuenta al pueblo, como lo manda nuestra Constitución Bolivariana.

La verdad es que este escrito, es para hacer un nuevo llamado a todos aquellos intelectuales, civiles y militares: de la radio, prensa o televisión y a todos aquellos pensadores y escribidores de las inconmensurables paginas a favor de las ideas de Bolívar, que amen a la Patria como lo hizo él hasta la muerte y se dediquen a concientizar al Pueblo para que salga de esa ignorancia inducida y haga valer su derecho sobre lo que la providencia ha destinado para todos los venezolanos.

Traigo a colación un ejemplo de amor por la Patria, dado por Dr. Humberto Fernández Morán, fundador del IVIC (Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas), creador de la Cátedra de Biofísica de la Universidad Central de Venezuela. Recibió en1967 el premio Vovain por su invento, el bisturí de punta de diamante, contribuyó además al desarrollo del microscopio electrónico y fue la primera persona en introducir el concepto de crioultramicrotomía. Fue Ministro en el Gobierno del General Marcos Pérez Jiménez y con la caída de su gobierno tras un golpe de estado, fue expulsado del país por el "pacto de Punto Fijo"; y el ejemplo está, que pesar de todo esto, rechazó la nominación de Estados Unidos al Premio Nobel porque para ello tenía que renunciar a su nacionalidad venezolana. Cuarenta y nueve años después de extrañamiento con su muerte el gobierno pide traer sus restos al país y no le fue posible; luego cae de nuevo en el olvido, su obra poco difundida y sus cenizas continúan en Estocolmo, Suecia.

Finalizo reseñando dos párrafos del Discurso de Angostura, dignos del estudio y la reflexión por aquellos transformadores de la palabra en verso y canción; a ver si de algún modo se revive la lucha por cumplir nuestro legado bolivariano.

"Uncido el pueblo americano al triple yugo de la ignorancia, de la tiranía y del vicio, no hemos podido adquirir, ni saber, ni poder, ni virtud. Discípulos de tan perniciosos maestros las lecciones que hemos recibido, y los ejemplos que hemos estudiado, son los más destructores. Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza; y por el vicio se nos ha degradado más bien que por la superstición. La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción; la ambición, la intriga, abusan de la credulidad y de la inexperiencia, de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la libertad; la traición por el patriotismo; la venganza por la justicia. Semejante a un robusto ciego que, instigado por el sentimiento de sus fuerzas, marcha con la seguridad del hombre más perspicaz, y dando en todos los escollos no puede rectificar sus pasos. Un pueblo pervertido si alcanza su libertad, muy pronto vuelve a perderla; porque en vano se esforzarán en mostrarle que la felicidad consiste en la práctica de la virtud; que el imperio de las leyes es más poderoso que el de los tiranos, porque son más inflexibles, y todo debe someterse a su benéfico rigor; que las buenas costumbres, y no la fuerza, son las columnas de las leyes; que el ejercicio de la justicia es el ejercicio de la libertad."

 

No les acerca ese párrafo a una realidad presente, que nos hace pensar que nunca cambiaremos; pues no, busquemos lo que ha de emancipar, como dice Ali, y volemos junto a la imaginación de Bolívar, para alcanzar esos sueños de una Patria Grande.

 

"Volando por entre las próximas edades, mi imaginación se fija en los siglos futuros, y observando desde allá, con admiración y pasmo, la prosperidad, el esplendor, la vida que ha recibido esta vasta región, me siendo arrebatado y me parece que ya la veo en el corazón del universo, extendiéndose sobre sus dilatadas costas, entre esos océanos, que la naturaleza había separado, y que nuestra patria reúne con prolongados y anchurosos canales. Ya la veo servir de lazo, de centro, de emporio a la familia humana; ya la veo enviando a todos los recintos de la tierra los tesoros que abrigan sus montañas de plata y de oro; ya la veo distribuyendo por sus divinas plantas la salud y la vida a los hombres dolientes del antiguo universo; ya la veo comunicando sus preciosos secretos a los sabios que ignoran cuan superior es la suma de las luces, a la suma de las riquezas, que le ha prodigado la naturaleza. Ya la veo sentada sobre el trono de la libertad, empuñando el cetro de la justicia, coronada por la gloria, mostrar al mundo antiguo la majestad del mundo moderno."



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Luis Díaz


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