“Muerte del tenaz y consecuente, revolucionario del Comandante, Presidente Hugo Rafael Chávez Frías puede decirse ciertamente que quemó la vida en aras de sus ideales. El atentado que sufrió le había dejado de muerte, a pesar de lo cual continuó entregado a su labor defendiendo al pueblo hasta el fin de sus días. (hay informes de que fue asesinado lentamente por el imperialismo, a través de medios bacteriológicos que le inyectaba el jefe de la seguridad personal)”.
Su convicción íntima es la de que, si una generación no puede respirar libremente desear con pasión, es porque, tras sí, como un grillo, arrastra un pasado demasiado largo. Tiene la opinión de que la educación histórica es la que impide a las generaciones nuevas obras y gozar, porque el que es incapaz de concentrarse y vivir por entero en el instante no puede experimentar un sentimiento de felicidad ni realizar actos susceptibles de hacer a los demás dichosos. Sin la posibilidad de sentir de una manera ahistórica, no hay felicidad. Y la acción exige igualmente el olvido, o. más exactamente, el desconocimiento del pasado. El olvido. La discontinuidad constituye siempre ese aire envolvente, ese ambiente nebuloso en el que puede nacer la vida. Para comprender esta teoría, piénsese en un joven lleno de pasión por una mujer o por una tarea. Para uno, como para el otro, no existe nada de cuanto hay tras ellos, y, sin embargo, en este estado —el más ahistórico que pueda imaginarse—es en el que todo acto, toda proeza son concebidos y realizados.
Aquellos cuya fuerza creadora se encuentra muerta o detenida por el saber histórico, eran ya, por supuesto, demasiado impotentes e inactivos para que sus producciones hubiesen podido enriquecer al país. La acción paralizadora, además, no pertenece tanto a la masa inerte, y heterogénea de conocimientos históricos—relativos a los actos de gobierno, al azar político, a los hechos de guerra, a los estilos artísticos, etc. — como al conocimiento de ciertos grandes genios del pasado cuya obra tiene una importancia tan considerable que, a su lado todo el esfuerzo de nuestros contemporáneos podría parecer negligente e indiferente la realización de su tarea.
Según el, la historia pertenece al que sostiene una gran lucha y, teniendo necesidad de ejemplos, de maestros y de consoladores, no los encuentra entre sus contemporáneos. Sin la historia, yo no podría ver dibujarse ante mí, como una realidad clara y viviente, esa cima elevada que forman a través de las edades todos los grandes instantes de las grandes existencias. Ver que unos centenares de hombres han podido suministrarnos la independencia llegará, por ejemplo, a darnos la convicción de que cien genios creadores, elaborando un estilo nuevo, serían capaces de vencer al filistinismo intelectual. Bajo todas sus formas, la historia puede tornar al hombre inepto para la vida, al no poder obrar sin herir susceptibilidades, se encuentra paralizado; y, finalmente, como cútica, por el sentimiento desalentador que hace nacer en nosotros la idea de que llevamos en nuestra sangre, de que lo hemos adquirido por herencia o por impresiones de infancia, precisamente los errores antiguos por encima de los cuales quisiéramos elevarnos, la idea de que en todas partes vivimos en una lucha continua, interior, entre lo viejo y lo nuevo.
Ningún Santo, pero con una voluntad santa; ningún creyente, pero con una fuerza titánica dirigida a creer; no ha sido la imagen de lo divino lo que encierra, sino que ha sido el símbolo de una humanidad que nunca podrá descansar satisfecha en su camino, pues que siempre, eternamente, ha de estar luchando para alcanzar una forma más pura…
P.D.
Señor Presidente Nicolás Maduro Moros: Bono para medicinas a jubilados y pensionados. El Comandante Chávez y Presidente, Eterno, que llevó a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el artículo 80: “El Estado garantizará a los ancianos y ancianas el pleno ejercicio de sus derechos y garantías. El Estado, con la participación solidaria de las familias y la sociedad, está obligada a respetar su dignidad su dignidad humana, su autonomía y les garantizará atención integral y les beneficios de la seguridad social que eleven y aseguren su calidad de vida. Las pensiones y jubilaciones otorgadas mediante el sistema de seguridad social no podrán ser inferiores al salario mínimo urbano”.
Señor Presidente, necesito las siguientes medicinas: Madopar o Sinemet, Euthyrox, Atenolol, Clopidogrel, Tryptizol, Loratadina o Difendramina, Hidroclorotiazida y Atorvastatina.
¿Qué pasa con la ministra de la salud?
—Señor Presidente. “Necesitamos urgentemente un gobierno que atienda lo social, sino que además es responsable en el manejo de los recursos económicos, para combatir el despilfarro, la demagogia, pero sobre todo, la corrupción en el manejo de los fondos públicos.” ¿Dónde están los 350.000 millones de dólares que robaron los funcionarios de tú gobierno, durante los últimos cuatro años con contratos inexistentes a terceros, fantasmas? (LADRONES) (letra mayúscula).
¡Hasta la Victoria siempre, Comandante Chávez!