Sin duda estamos culminando el segundo mes del año 2017, y podemos decir, sin temor a equivocarnos, que este mes se caracterizó por algunos intentos del fascismo criollo, en coordinación con sus pares internacionales, de buscar oxigenar y escalar en los actuales conflictos por los que atraviesa esta República Bolivariana de Venezuela.
Sin duda, nuestro país vive un momento particularmente complejo, producto de las innumerables agresiones, ataques y asedios de los que ha sido objeto, producto de una bestial guerra no convencional que busca dar al traste con el Gobierno Bolivariano que hoy dirige Nicolás Maduro Moros.
Pero no es menos cierto también que también hemos cometido innumerables errores y tenemos terribles problemas en las ejecutorias de nuestras políticas públicas. Ha habido casos en los que hemos sido ineficientes, nos ha faltado "mano dura" y hasta mayor voluntad política para el combate a terribles flagelos como la corrupción. La falta de seguimiento y evaluación en las políticas públicas se ha venido convirtiendo en un pesado lastre y en una vulnerabilidad que nos puede hacer muchísimo daño.
Estos elementos en el marco de la complejidad, tienen que ser abordados y trabajados, sobre todo para dar respuesta a nuestro pueblo, al chavista y al opositor de a pie, que es la principal víctima de esta situación.
Y sin duda, y como se ha dicho en otras oportunidades, y lo han sostenido otros analistas, uno de los principales daños de esta denominada Guerra de IV Generación es la afectación de nuestra psiquis, de nuestra mente. Creo que el mayor daño que ha podido sufrir nuestra sociedad, es el terrible daño psicológico, solamente superado por el daño moral, tal y como lo ha abordado el General en Jefe Jacinto Pérez Arcay, pero eso sería tema para otros artículos.
Lo cierto del caso es, y tal como me lo había expresado una amiga hace mucho tiempo ya, que los niveles de abastecimiento subirían, pero, ha sido tal el daño que le han hecho a nuestra mente, que si llegase a faltar apenas un solo producto, estamos tan "psicosiados", que enseguida nos activamos y empezamos a echarle "la culpa a Maduro" por la falta de ese rubro.
O nótese como el discurso de la "escasez" de productos por parte de los medios de difusión y propaganda de la derecha se ha minimizado un tanto, pero para explotar el tema de lo costoso que están los mismos, cosa que no es mentira. Solo que no se explica que esto es producto de los alimentos que se han logrado importar, y que a su vez, estos han subido de precios por el aumento de los comodities en los mismos.
Pero no es precisamente de eso que queremos referirnos, sino de cómo en esta guerra no convencional, se activan ciertas campañas, acompañados de ciertos y determinados operadores psicológicos, para profundizar en el daño que se le hace a nuestra población.
Esto lo sostenemos, en virtud de que para muestra, un botón: Hace ya tres años, en medios del estado Zulia se había difundido la especie de las denominadas "pirañas", es decir, la de los supuestos "ladrones de Cabello" dizque para hacer unas extensiones para "niñas con cáncer", montándose en una campaña sobre "el robo de Cabello". Al principio, se pensó que todo esto era una campaña para crear temores sobre las féminas del estado Zulia, pero, lo que llamó la atención, y esto al decir del entonces ministro del poder popular para las relaciones interiores, justicia y paz de la época, M/G Miguel Rodríguez Torres, no cursaba por ninguna comisaría del Zulia ni del país ninguna denuncia sobre este tipo de agresiones físicas a estas mujeres.
Posteriormente, el mismo diputado y primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello Rondón, se encargó de develar que esto en realidad era parte de toda una campaña en su contra, elemento este que es totalmente cierto.
Hace algunos días, ocurrió un caso similar, ahora con la denominada "yuca amarga", y no es que esto no pueda ser cierto, pero, un buen amigo me formuló una observación interesante, que motivaron estas líneas y que me quiero permitir compartir con todas y todos ustedes.
Ante las agresiones en lo económico y hasta en lo alimentario que hemos estado sufriendo desde hace algún tiempo ya, la gente ha estado migrando poco a poco a productos alternativos. Por ejemplo, ante la "escasez" de la harina precocida, la gente come o arepas de avena, o arepas de arroz, o arepas de yuca, o utiliza la yuca para alimentarse, como un sustituto de ese producto.
Y como dicho producto alternativo se puede convertir en un elemento para boicotear ciertas y determinadas marcas de harina precocida o de alimentos que son utilizadas como armas de guerra en contra de nuestro pueblo. ¿No sería conveniente iniciar toda una campaña de descrédito y satanización en contra de éste, para que la gente no lo compre, y pueda solventar su problema alimentario?
Cabe destacar que hace algunos años, aplicando totalmente una competencia desleal, y si la memoria no nos falla, cuando en este país existió una compañía llamada Crest, ésta pagó una costosa campaña publicitaria para señalar de manera irresponsable que no se comprará la pasta "Colgate, porque esta genera cáncer". ¿O lo olvidamos?
Tal y como lo ha señalado en varias oportunidades mi buen amigo y psiquiatra, Erick Rodríguez, creo que el tema de la disociación psicótica debe ser tratado como un tema de salud pública. Y en cuanto al tema de los juegos de palabras y operaciones psicológicas, también debe ser estudiado como un tema de seguridad nacional.
No caigamos en esta clase de campañas y olas de rumores, que buscan sembrar el temor, la incertidumbre y el desasogiego de nuestra población.
Estemos alertas y con los ojos abiertos porque el enemigo acecha y no descansa.
Una buena comunicación oficial que este montada sobre estos tópicos, que sea más creativa, propositiva e investigativa antes que reactiva, es lo que nos está demandando el momento actual.
Ahí se las dejo, como una tarea que todas y todos debemos asumir.
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!