Para no levantar un juicio apresurado, puedo considerarme ahora, que soy un ser disociado y que poco entiendo. Bajo esta conclusión, asumo la tarea de entender la Declaración Final del Encuentro de la Red de Intelectuales reunidas en Caracas entre el 7 y 8 de marzo.
Me ha sido muy difícil procesar los resultados de este encuentro, que me pareció más bien, como un grupo de estudiantes de un primer semestre reunidos en una clase de teoría de la comunicación mucho antes de la década de los 40 del siglo XX.
Estaba pendiente de esta declaración, porque antes había leído en un medio de circulación nacional, una información en la cual esta Red nos informan sobre 9 puntos, casi todos referidos al tema comunicación. Aunque compartí los planteamientos ahí asomados, mis glándulas salivales, en la medida que leí la información le dio por producirme una saliva amarga. Algo me decía, que más que una red de intelectuales, se trataba de una reunión de un grupo de amigos muy inteligentes, con la finalidad de tomarse un guayoyo y hablar de algunas cositas.
El punto 2 de esta información preliminar a la declaración final, precisaba: "La comunicación revolucionaria es el sistema educativo de la sociedad". Sentí que en ese punto se omitía el debate sobre un tema de fondo (el Estado) y se concentraba en detalles y que lo fundamental no era copiar (punto 6) "los peores rasgos de los medios de comunicación de la derecha". Justo ahí, la saliva se hizo más amarga, porque antes del punto 6, estaba el punto 5 y ahí leí: "Un sistema de comunicación revolucionaria debe ser fuente continua de datos concretos, oportunos y actualizados sobre la realidad". Entendí que todos o casi todos eran invitados e invitadas y tienen sus "ideas" prefabricadas.
Confieso que si en verdad no estaba en una fase de disociación, con los puntos 5 y 6, como se dice muy coloquialmente se me enredó el papagayo. Antes de conocer el texto final de esta declaración, tuve la oportunidad de leer un artículo publicado en Rebelión con la firma de Gabriel Rockhilli con el título: "Cómo desmantelar la izquierda cultural". No sé, pero haber leído este artículo y después haber leído la "Declaración Final" de este encuentro, se me hizo que en este caso, vi un claro ejemplo de cómo se desmanteló la izquierda cultural.
Gabriel Rockhill nos cuenta en este artículo sobre el proyecto de la CIA por la década de los setenta, dirigido a desmantelar el aparato cultural de la izquierda, porque lo asumía como una importante amenaza. Viendo el contenido de esta declaración final de este encuentro de intelectuales en Caracas, es justo reconocer, que la CIA logró su propósito, aunque en su momento se concentró en la dinámica intelectual de París.
Uno lee la declaración final de este encuentro de intelectuales y pareciera que estos intelectuales estaban todos y todas en una burbuja y descubrieron el 7 y 8 de marzo , que hay una "construcción social del miedo , a través del terrorismo mediático para el control de la sociedad". Tanta gente inteligente para terminar con estas cosas como declaración final, como si este asunto es un hecho de hace apenas 10 0 doce años.
Estos intelectuales por estar en esa burbuja o por ser invitados para un encuentro muy rápido, se les olvidó, esa palabrita que rodó por todo el mundo y que todavía hoy se utiliza: "Castrocomunismo". Esa palabrita tenía la finalidad de meter miedo. A estos intelectuales, que deben tener una edad promedio entre los 55 años, se le olvidó todo eso que se debatió intensamente a partir de la década de los cincuenta del siglo XX y que tuvo como sentido analizar el asunto del Estado en la construcción de un proyecto revolucionario y cómo los medios de ese momento (y de hoy) eran una poderosa arma de control social y construcción de consenso.
La "solución" que nos ofrece estos intelectuales es "desarrollar nuevos medios creativos y "la publicación y democratización de la información [como] determinante para la soberanía de los pueblos". Los intelectuales reunidos en Caracas abogan por "la liberación de Julian Assange y el cese a la persecución a Edward Snowden" Por supuesto, esta solicitud luce bien, pero si liberan Julian Assange y dejan de perseguir a Edward Snowden y hay mas medios públicos, se resuelve así de fácil el asunto.
¿Se detuvieron estos intelectuales un momentico a comprender hoy mismo esto de "producir una real y participativa comunicación emancipadora"? ¿Hay más medio públicos hoy que en 1998? ¿Hay hoy una real y participativa comunicación?