Si alguien que no cree en el plan de gobierno, porque la disociación le tiene el entendimiento enfermo; pudiera entender con un mínimo de conciencia, la alegría que descubro en mi madre cada vez que el esfuerzo y la organización que se visualiza en el CLAP llega a su vida; seguramente su sin razón empezaría a entender a través del amor por el ser querido, que es revolución y hasta donde puede extenderse.
Es cuestión de imaginarla a pesar que tiene ochenta y pico de años; la forma en que su mentalidad adeca, se convierte en una defensora orgullosa del Chavismo y aunque me he ocupado que le llegue el sustento para cubrir sus necesidades; esa bendita caja es otra cosa.
Su mundo se transforma y la emoción que le siento, le calma los males, que en la normalidad de sus años le aquejan.
Parece que volvió a ser niña y una sonrisa le cambia la vida alegrando la mía, sintiendo que vale la pena haber hecho el esfuerzo en este tiempo.
Hoy confirmo que la responsabilidad revolucionaria, es lo que puede llevarnos a construir lo deseado y lamento no haberle pedido dar antes esa alegría que ahora conoce.
A un año de haber nacido esta experiencia en Yaracuy y puesta en práctica por el presidente Nicolás Maduro.
El llamado es a la organización del PUEBLO; para que se entere; es necesario entender, que no es una caja que alegrar la vida de los más humildes de esta PATRIA a quienes le robaron los sueños; es la justificación para que nos demos cuenta y poder seguir construyendo la PATRIA soñada; esa caja es y tiene que ser, la justificación que nos ayude a encontrarnos.
Si una PATRIA está alegre; la posibilidad que la revolución encuentre caminos de igualdad, siempre estará cerca y la organización aportará para que así sea, porque PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS Y HASTA LA VICTORIA SIEMPRE. SIN PATRIA NO QUIERO VIDA.
HAZTE CONCIENCIA.
