Como todas y todos, estuve entre quienes por una u otra razón se vieron sorprendidos ante la postura asumida por la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, el viernes anterior cuando afirmó que la Sala Constitucional violaba la Carta Magna al dictar las sentencias 155 y 156. Justo cuando todo indicaba que aquello me configuraría un severo y delicado estado de hipo, la cúpula reaccionaria de la Iglesia Católica se encargó de evitarlo, y no precisamente a punta de oraciones o exorcismos.
Lo de la jefa del Ministerio Público fue un pecado menor que se solucionó esa noche acá mismo en la tierra con la activación del Consejo de Defensa de la Nación. Pero, ¿cómo hacer con algo tan delicado cuando en el lío meten nada más y nada menos que al mismísimo Dios como hizo la Conferencia Episcopal Venezolana?
Los autodenominados pastores del catolicismo, mintieron en un documento que la historia conservará como prueba de la mala intención disfrazada con sotana. Una de las falacias mayores está en el aparte 4, cuando expresan que el Gobierno de Nicolás Maduro incurrió "en la eliminación de la Asamblea Nacional". El país entero, incluyendo a los sectores de la reacción, sabe que ello es falso. Si habría que responsabilizar a alguien por la "eliminación" de la AN, hay que jurungar en las curules dispuestas en el ala derecha del Parlamento.
Lo más alarmante, sin embargo, es que la Conferencia emplea su poder de influenciador político para generar condiciones que impulsen la desestabilización en Venezuela. No lo estoy inventando. Está clarito en el párrafo seis, en el que invitan -entre otras- cosas a la desobediencia civil como forma de no "permanecer pasivos, acobardados ni desesperanzados".
Huelga ahondar sobre el origen y el significado de estas y otras frases, insertadas en el pliego. Pero llama –mínimo- al rechazo que voceros de tal estatura institucional, reiteren su apego a convocatorias nada cristianas que sin discusión alguna llaman a la exacerbación de la violencia. No tienen perdón.
¡Chávez vive…la lucha sigue!