Me tocó enfrentar un tribunal de inquisición.
Todos los egos del mundo se sentaron frente a la improvisada tarima, para ver un trabajo de articulación con el que recorro la PATRIA.
Fui convocado por una camarada que conoce el esfuerzo y creyó que era digno para que una selección de "intelectuales" artistas y cultores por la paz, aprobaran con su firma un documento de apoyo, que seria leído al final de la actividad.
Lo contradictorio de todo esto; es que el acto se produjo en un lugar, donde por su característica se necesitaba un micrófono para su efecto; herramienta que no se pudo conseguir para la presentación del monólogo y me tocó cumplir la responsabilidad vociferando palabras que nadie escucho.
El contenido del monólogo es una carta de despedida a Hugo, nuestro amigo y comandante eterno; obra que escribió un camarada de esos que llevan al arañero hasta en los tuétano, y que no nombro por el respeto que le profeso y al que pido disculpas pública, por mi debilidad al aceptar el acontecimiento en esa condición.
El trabajo para el que fui convocado está estructurado para oír y si el micrófono no llegó, el esfuerzo se pierde y la intención de crear su interés al conversatorio, no se puede generar, menos si los asistentes no pueden escuchar nada.
Empezamos a desesperar y una angustia a mi condición de comunicador, atacó la psiquis de tal manera; que sentí sus miradas de acoso y prepotencia, sacándome las vísceras, sin poder explicar en el momento; que fallé al aceptar hacer la actividad sin las condiciones necesarias, para que los asistentes participarán en la articulación y su posición del que no escucha nada se modifique (es el objetivo del trabajo)
La angustia me pasó cuando una persona muy respetable en mi concepto, y con el trabajo que estaba realizando (tal vez por su ubicación pudo oír) leyó el bien explícito
documento y me llene de satisfacción cuando escuche que su contenido, recogía todo lo que venimos haciendo y que nadie escucho, porque el ego y la falta del microfono se encargaron de echar a perder el motivo que sustentaba, lo que estabamos aprobando.
Pero quedo planteado en el documento y es lo importante. Algo tiene que cambiar en la estructura cultural establecida y fue reconfortante para mi considerar que el 19 de abril en el panteón Nacional el esfuerzo tubo otro resultado ante más de 2000 personas y tranquilice el ego de mi LUCHA, sabiendo con la insistencia que nada me detendrá, porque PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS Y HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
SIN PATRIA NO QUIERO VIDA.
HAZTE CONCIENCIA.