La mentira, aun cuando es lo opuesto a la ética, principio humano para garantizar la salud holística de la sociedad, siempre nos acompaña en todos los actos de nuestras vidas. La mentira, es la asesina de la verdad, que en "toda guerra es la primera víctima" y por consiguiente es el arma de quienes con fines aviesos emprenden una ofensiva contra lo que resulta incómodo a sus ambiciones y proyectos personales o grupales.
Algunos investigadores de la conducta humana sostienen que la mentira es un fenómeno cultural que lo heredamos de la formación que recibimos en el hogar y que por consiguiente es la mujer, quien de manera inconsciente nos lleva a mentir y a hacer de ella la primera víctima de la mentira, que comenzamos por cultivarla, cuando en nuestra inocencia en la etapa de la niñez, mentimos para encontrar el amor que a veces percibimos que nuestra madre desvía hacía un hermano, mayo o menor, pero al fin y al cabo del núcleo familiar, cuya conducción en una sociedad machista como la nuestra es responsabilidad de la madre.
Pero dejemos de filosofar sobre la mentira y su origen y centrémonos en la manera como la utilizamos y de cuya práctica no escapa ningún ser humano. La mentira es un arma de doble filo y puede ser utilizada de manera piadosa o despiadada. A veces una "mentira piadosa", puede contribuir a sobrellevar o a digerir algún trago amargo, que nos depara la vida. En este caso puede ser justificable.
Pero cuando ese mal cultural es utilizado con toda la intencionalidad para causar daño, o prevalecidos de nuestra posición con credibilidad, para arrastrar a semejantes a escenarios perniciosos o hacerle creer que lo que puede representar un peligro para su vida, o que va en contra de sus principios es la vía a seguir para alcanzar bienestar es simplemente deleznable.
Desgraciadamente en esta hora aciaga que vive la República Bolivariana de Venezuela, la mentira se ha convertido en el sustento de los medios de comunicación y, los herederos del legado de Joseph Goebbels, se han especializado como expertos en los once principios del jefe de propaganda del partido Nacional Socialista (Nazi) y luego ministro del mismo ramo en el III Reich. Esos once principios son la formula, para sacarle el juego a la mentira.
Con mentira, le arrebataron al pueblo los escaños de la Asamblea Nacional, para entregarlos a mafiosos, drogadictos, paramilitares y traficantes, que hoy se escudan en el manto de la inmunidad parlamentaria para dirigir la rebelión armada contra la institucionalidad de la nación. Mienten cuando exigen elecciones, mintieron con la mascarada del referendo revocatorio, que fue utilizado para calentar la calle, haciendo creer a sus ingenuos seguidores, que el CNE por instrucciones del gobierno lo había negado, cuando la realidad fue que ellos boicotearon la vía expedita. Mienten cuando esgrimen argumentos diversos para rechazar el llamado a la Asamblea Nacional Constituyente y por supuesto mienten con los falsos positivos montados, con el asesinato de sus compañeros, como lo hicieron en 2002 en Puente Llaguno, para culpar a la fuerza pública y a los "colectivos violentos". En 2002 fueron los "Círculos bolivarianos".
Mienten cuando presentan a criminales, que en su época de "estudiantes" lo que hacían era dirigir mafias en las universidades para chuparse los presupuestos en connivencia con rectores y acólitos, como dirigentes que llaman a manifestaciones "pacíficas", que luego degeneran en atentados contra la vida de la ciudadanía, la propiedad privada, los edificios públicos, hospitales, preescolares, bibliotecas, liceos, universidades y hasta contra instalaciones militares, como el caso de la Base Francisco de Miranda y puestos de control de la Guardia Nacional.
Pero también mienten quienes pretenden calificar a estos mercenarios como oposición política, democrática, cuando a todas luces, saben que estos "Cachorros del Pentágono", están reeditando el escenario de los yihadistas (hijos de Jhon Mc Cain) en Siria, para mas temprano que tarde establecer zonas bajo su control,. donde seguramente chavista que identifiquen en sus predios será ajusticiado de manera sumarísima . ¿Hasta cuando mentira?