Dice un refrán que ni tan calvo ni con dos pelucas. Está bien que el gobierno que usted preside, señor Presidente Maduro, sea cauto para actuar ante el vandalismo. Está bien que se respeten los derechos humanos. Está bien que no se usen armas de fuego por parte de los Guardias Nacionales y los Policías en el control de la violencia? Pero, de allí a permitir que pasen cosas como la de esta noche en Chacao, es otra cosa. Me encontraba en reposo, viendo el programa de Pérez Pirela, cuando vi asombrado los videos que divulgó las acciones criminales de los violentos de Primero Justicia y Voluntad Popular, en donde destrozaron buena parte de un banco privado, e incendiaron un edificio de La Misión Vivienda, donde, además, hay un prescolar para niños y niñas entre dos y tres años de edad. Fue, señor Presidente, algo horroroso. Las madres salían en medio de la humareda con sus hijos en los brazos, corriendo y llorando. Algunas de ellas traumatizadas, llenas de miedo y temor, plenas de impotencia y de ver tanta maldad.
Pregunto: si estos hechos se realizaran en otros países, ¿qué pasaría? ¿Cuál sería la actitud de las autoridades encargadas de proteger a la ciudadanía y a los bienes públicos y privados? ¿Qué pasaría si esto sucede en los Estados Unidos? Estoy seguro que los primeros en ir presos son los instigadores, los cabecillas y financistas de este vandalismo criminal. Igualmente, estoy seguro que si sus policías no pueden controlar a locos criminales como estos, no dudarían en apelar al ejército. El Estado tiene en sus manos toda una variedad de elementos legales que lo asiste, a los cuales acudir en circunstancias como la que se está viviendo tanto en Caracas, como en otras ciudades del país. ¿Por qué no se suspenden las garanticas en esos municipios donde operan los terroristas? ¿Por qué no se acude al toque de queda en esos lugares? ¿Por qué no se decreta el estado de conmoción? En fin, algo hay que hacer. Estos desquiciados han decidido acabar con buena parte del país en estos días. Ellos tienen metido en la cabeza que van a impedir las elecciones que se avecinan para elegir a los constituyentitas de la Asamblea Nacional Constituyente. Ellos saben lo que les viene, una vez instalad la Asamblea, y por eso la desesperación y la locura que los embarga. En hechos como los de esta noche en Chacao no queda duda de que sólo una gente drogada hace lo que hicieron, donde no les importó la vida de niños y niñas. ¿Hasta cuándo, señor Presidente?
Puerto Ordaz, 12 de junio de 2017.